El Parlamento Europeo aprobó el 8 de mayo la modificación al Reglamento (UE) 2019/631 (CAFE), para introducir una flexibilización en los límites de emisiones de CO₂ para automóviles y furgonetas nuevos durante los años 2025, 2026 y 2027. Con 458 votos a favor, 101 en contra y 14 abstenciones, la propuesta recibió el respaldo del organismo, como parte del plan de acción industrial de la Comisión para el sector automotriz europeo.
La nueva normativa permitirá a los fabricantes calcular su cumplimiento con los objetivos de emisiones promediando sus resultados durante los tres años del periodo 2025-2027, en lugar de evaluarlos anualmente. Así, según los legisladores, se busca ofrecer margen de maniobra frente a los retos derivados de los rápidos avances tecnológicos y la creciente competencia global, sin alterar las metas generales de reducción de emisiones.
El reglamento modificado mantiene el objetivo de reducción del 15% de emisiones de CO₂ en comparación con los niveles de 2021, vigente para el periodo 2025-2029. Además, se amplía el plazo para que los fabricantes establezcan acuerdos de agrupación (pooling) hasta finales de 2027, con el fin de facilitar el cumplimiento colectivo.
Para agilizar la entrada en vigor de la modificación de CAFE, el Parlamento acordó tramitar la propuesta bajo el procedimiento de urgencia. El Consejo, que ya aprobó el mismo texto el 7 de mayo, deberá ahora confirmar formalmente la legislación para su publicación en el Diario Oficial de la UE.
La iniciativa se enmarca en el diálogo estratégico sobre el futuro del sector automovilístico, lanzado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, a comienzos de este año, y sigue a una consulta pública que identificó la necesidad de mayor flexibilidad como una prioridad del sector.
Reacciones del sector al apoyo del Parlamento a la modificación de CAFE
Tanto la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA) como la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) han acogido con satisfacción la nueva medida, aunque con matices.
CLEPA valoró positivamente la introducción del mecanismo de promediado como un paso urgente y necesario, pero advirtió que la regulación de CO₂ sigue presentando «deficiencias estructurales» que limitan la innovación y no reflejan las condiciones reales del mercado. Benjamin Krieger, secretario general de CLEPA, insistió en la necesidad de una revisión más amplia de la normativa, que reconozca todas las tecnologías bajas en carbono, incluidos los combustibles neutros en CO₂ y los híbridos enchufables. Asimismo, advirtió que sin apoyo inmediato, el riesgo de cierres y pérdida de empleos en el sector es elevado.
Por su parte, ACEA destacó que la flexibilidad ofrecida es «un paso en la dirección correcta» al reconocer los desafíos actuales del mercado, como la lenta adopción de vehículos eléctricos y la falta de una cadena de valor local para las baterías. Sigrid de Vries, directora general de ACEA, señaló que esta medida debe ser parte de una estrategia de descarbonización más amplia que incluya incentivos, puntos de recarga y condiciones energéticas más justas. ACEA espera que la próxima revisión del reglamento CO₂, prevista en el marco del Plan de Acción Automotriz de la UE, aborde de manera integral estos desafíos.