La eurodiputada de Ciudadanos, que forma parte del grupo liberal Renew Europe, Susana Solís ha recordado que, a pesar de que «2035 es una meta que tenemos todos clara», «hay una cláusula de revisión para que la Comisión evalúe en el 2027 si se están dando todas las condiciones habilitantes para llegar» a esa fecha y mantener la prohibición de la venta de vehículos ligeros que emitan CO2 en la UE.
Durante el congreso Faconauto 2024, la única representante española que trabajó en primera línea en la Euro 7 y que fue clave para suavizar esa regulación en el Parlamento comunitario, ha matizado que habrá que comprobar «si tenemos los puntos de recarga, está la red preparada, tenemos todos los materiales y el litio de la batería».
«Freno de emergencia» a 2035
También habrá que tener en cuenta «si la demanda evoluciona como debería, si tenemos la capacidad para formar y para transformar a los concesionarios». En caso de no ser así, «ese freno de emergencia está ahí y creo que deja la puerta abierta a una revisión» de cara a 2035.
No obstante, ha declarado que «muchas veces me preguntan si esto tiene marcha atrás y digo ‘sí y no’. No, porque para 2035 tenemos el compromiso de todo el sector y tampoco tenemos que confundir a la industria ni a los ciudadanos». «Sí, por esa cláusula de revisión», ha apostillado.
Esta opinión de Solís llega después de que el Partido Popular europeo haya incluido en un manifiesto que «rechazamos una política de prohibición, como la de los motores de combustión», según publicó Político, lo que abre la puerta a revisar el objetivo de impedir la comercialización de coches térmicos dentro de 11 años.
«No más regulación» europea en la automoción
De cara a la próxima legislatura, que se abrirá tras las elecciones europeas, la política asturiana ha avanzado que «los próximos cinco años van a ser decisivos en la UE y vamos a necesitar un parón legislativo, no más regulación, sino estudios de impacto» de cómo afectan esas normas a la «competitividad europea».
En este sentido, la eurodiputada de Ciudadanos ha reconocido que «en estos cinco años ha habido un exceso de sobrerregulación», a la vez que vaticinaba que ese «contexto va a cambiar» en el «próximo lustro». En ese futuro cercado, espera que se cree «un entorno amigable para las empresas y ciudadanos».
Por último, Solís ha recordado la importancia que tiene la acción de las administraciones europeas y ha instado al sector a que no espere a que sea demasiado tarde cuando tenga la sospecha de que se está realizando una nueva normativa porque son los que «conocen la realidad». Así, ha instado a «trabajar muy unidos», de la mano de Anfac, Sernauto y Faconauto y a que la automoción «se haga valer».
