Nissan estaría ultimando un acuerdo, que podría cerrarse este mes de marzo, para invertir en el fabricante de vehículos eléctricos Fisker para que este le proporcione una camioneta eléctrica a cambio de un sustento financiero, según informó Reuters.
En concreto, la japonesa estaría dispuesta a invertir 400 millones de dólares (367,86 millones de euros) en la plataforma de camiones de la startup para poder utilizarla para la fabricación de su propia pick-up. Asimismo, el modelo Alaska se ensamblaría en una de las plantas de manufactura de la nipona en Estados Unidos a partir de 2026 (dispone de tres en Smyrna, Tennessee, y en Canton, Mississippi).
Por el momento, ninguna de las partes ha querido hacer comentarios al respecto, por encontrarse aún en una fase de negociación. Sin embargo, su presidente ejecutivo, Henrik Fisker, ya había reconocido, el pasado 29 de febrero, que estaba en conversaciones con un gran fabricante de automóviles para una posible asociación de inversión y desarrollo conjunto. Este proceso con Nissan ya llevaría meses abierto y, previamente, se habrían tenido en cuenta otros socios potenciales.
Pérdidas y un 90% de caída de las acciones
Fisker no está pasando por su mejor momento financiero. Y es que tras el final del cuarto trimestre de 2023 reportaron pérdidas netas de 463 millones de dólares (426,05 millones de euros), motivo por el cual se vieron obligados a anunciar el recorte del 15% de su fuerza laboral. Los 200 millones de dólares (184,1 millones de euros) en ingresos obtenidos, junto con un efectivo de 396 millones de dólares (364,52 millones de euros) y su inventario de vehículos y materias primas, valorados en aproximadamente 530 millones de dólares (487,83 millones de euros) no serían suficientes para continuar con su plan de negocios, motivo por el cual necesitaban disponer de recursos adicionales.
Además, dependen del desarrollo de su red de concesionarios franquiciados para ayudar con las ventas, ya que se desprendieron de su modelo de ventas directas a principios de 2024.
De acuerdo con la propia empresa, 2023 ha sido un año «desafiante», a causa de los retrasos de los proveedores que, junto con «otros problemas», «impidieron entregar el SUV Ocean tan rápido como esperábamos». Esto, sumado a la ralentizada penetración del VE podría obligar a Fisker a reducir las operaciones y recortar más puestos de trabajo sin financiamiento adicional.
Ante estas circunstancias, en las operaciones posteriores al cierre, el precio de las acciones de la compañía cayó un 36%, a 47 centavos. De la misma forma, en los últimos 12 meses, ha bajado alrededor de un 90%. Finalmente, la Bolsa de Valores de Nueva York emitió un aviso de incumplimiento en febrero porque el precio de las acciones de Fisker había cerrado por debajo del precio promedio mínimo de 1 dólar durante 30 días consecutivos.
