China enfrenta crecientes presiones comerciales a nivel mundial debido al aumento de sus exportaciones de vehículos eléctricos, que muchos países consideran fuertemente subsidiados por Beijing para apoyar su economía en desaceleración. Por ejemplo, la Comisión Europea anunció una investigación para dilucidar si estas ayudas atentaban contra la libre competencia y se espera que el resultado, junto con posibles sanciones en forma de subida de tasas a las importaciones, se anuncie esta semana.
Pero, antes de que dicha resolución se haga pública, Turquía se ha adelantado. Y es que, según una decisión presidencial publicada en el Boletín Oficial del país el 8 de junio, el país impondrá una tasa adicional del 40% sobre las importaciones de vehículos de la República Popular, con el objetivo de proteger a los fabricantes nacionales de «la decreciente cuota de producción nacional». Así, sigue la senda iniciada en Estados Unidos por el presidente Joe Biden.
Según su Ministerio de Comercio, el nuevo arancel turco será de un mínimo de, aproximadamente, 6.500 euros por vehículo (incluyendo híbridos y convencionales) y entrará en vigor el 7 de julio (30 días después de su anuncio).
El ministerio también indicó que el dictamen de imponer el arancel adicional se tomó considerando los objetivos de déficit por cuenta corriente (el año pasado fue de alrededor de 41.400 millones de euros) y los esfuerzos por fomentar la inversión y producción nacional.
En 2023, Turquía ya había impuesto aranceles adicionales a las importaciones de vehículos eléctricos de China y había implementado algunas regulaciones respecto al mantenimiento y servicios de vehículos eléctricos.
China trata de buscar aliados y se fija en España
El país asiático ya mostró su total descontento respecto a cualquier posible sanción de la UE e incluso amenazó con potenciales «represalias».
En medio de estas tensiones, Beijing espera que España impulse a la Unión Europea a profundizar en la cooperación. Durante una reunión en Madrid, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, destacó la necesidad de proteger los esfuerzos conjuntos globales para combatir el cambio climático y la asociación estratégica integral China-UE, al tiempo que expresó la disposición de su país para trabajar con España en el aumento del comercio, la promoción de inversiones bilaterales y la ampliación de la cooperación. Además, calificó la investigación europea como una forma de proteccionismo.
Algunos fabricantes han mostrado también rechazo a estas medidas, en defensa del libre comercio y temiendo que no sean efectivas. Es el caso de Mercedes, cuyo CEO, Ola Kaellenius, realizó declaraciones en esta línea, afirmando que «sería una medida destructiva para una región económica como Europa».