La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado esta mañana, durante su discurso en el Debate sobre el estado de la Unión Europea, que el organismo que dirige «está lanzando una investigación antisubvenciones sobre vehículos eléctricos procedentes de China», con el fin de defenderse de lo que ha calificado de «prácticas desleales» por parte de la República Popular.
«A nuestras fábricas y empresas tecnológicas les gusta la competencia global, saben que es buena para los negocios y crea y protege puestos de trabajo aquí, en Europa. Pero la competencia solo es verdadera mientras sea justa. Algunas empresas están siendo excluidas de los mercados extranjeros o son víctimas de prácticas depredadoras, ya que a menudo son socavadas por competidores que se benefician de enormes subsidios estatales», afirmó previamente, poniendo como ejemplo cómo las prácticas comerciales «desleales» de China afectaron a la industria solar europea.
En la misma línea, reflexionando sobre la competencia en general, Von der Leyen explicó que algunas empresas de nueva creación fueron expulsadas por competidores chinos que contaban con «importantes ayudas del estado». «Compañías pioneras tuvieron que declararse en bancarrota y los talentos buscaron fortuna en el extranjero. La justicia en la economía global es relevante porque afecta a las vidas y a los medios de subsistencia. Por lo tanto, tenemos que tener los ojos puestos sobre los riesgos a los que nos enfrentamos», advirtió.
Lo mismo estaría sucediendo con los coches cero emisiones, una «industria crucial» para la economía y que «cuenta con un enorme potencial en Europa». Sin embargo, Von der Leyen denunció que los mercados globales están inundados de vehículos eléctricos chinos cuyo precio se mantiene «artificialmente bajo» por los «enormes subsidios estatales». «Esto está distorsionando nuestro mercado y, ya que no aceptamos esta distorsión desde el interior, tampoco la aceptamos desde el exterior», reiteró.
A pesar de ello, aseguró que, igualmente, es necesario que se mantengan abiertas las líneas de comunicación y el diálogo con China, puesto que también existen temas en los que es posible e incluso necesaria la cooperación.
Asimismo, el vicepresidente de la CE y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, viajará la semana próxima al país con el objetivo de explorar las oportunidades y retos que ofrece este territorio, según anunció él mismo en redes sociales.
Los subsidios en China
Desde 2009, el país asiático apostó por la electrificación de los vehículos, buscando un nicho de mercado en el que su industria automovilística pudiera destacar, pues hasta entonces era poco popular y se limitaba a lanzar imitaciones low-cost de otras marcas. Así, el gobierno central comenzó a dar ayudas tanto a consumidores como a fabricantes para fomentar este tipo de movilidad.
Además, el primer ministro, Li Keqiang, y su gabinete lanzaron, en mayo de 2015, el plan estratégico Made in China 2025, para el que se comprometieron a invertir unos 300.000 millones de dólares y en el que uno de sus diez pilares era el mercado automovilístico.
A partir de 2020, trataron de ir eliminando paulatinamente los subsidios a los clientes, pero a causa del estancamiento de las ventas, tuvieron que extenderse hasta finales de 2023. Recientemente, y por el mismo motivo, se anunció que las rebajas fiscales a automóviles electrificados (eléctricos, híbridos enchufables de gasolina y de pila de combustible de hidrógeno) se mantendrán hasta finales de 2027, para lo cual se dedicarán 520.000 millones de yuanes (65.700 millones de euros). De esta forma, los vehículos que se adquieran en 2024 y 2025 estarán exentos del impuesto de compra hasta 30.000 yuanes (3.792 euros), un descuento que se reducirá a la mitad, 15.000 yuanes (1.896 euros), para las operaciones que se realicen en 2026 y 2027.
