El ministro de Industria, Héctor Gómez, ha ensalzado que la planta de Stellantis Zaragoza «ha conseguido unos resultados de calidad, eficiencia energética, productividad y clima social que la convierten en la candidata más competitiva» para producir el Peugeot e-208. Estas palabras de respaldo llegan tras la campaña de presión orquestada desde junio por Francia para que el grupo galo relocalice la producción de este modelo, que, como adelantó La Tribuna de Automoción, ya ha comenzado a ensamblarse en las instalaciones españolas en la línea 1 desde el mes pasado con algo menos de media docena de unidades de prueba a la semana.
«El contacto del Gobierno de España con fabricantes y grandes marcas es constante. Es necesario trabajar con absoluta discreción para que este tipo de proyectos lleguen a buen puerto», expone Gómez en unas declaraciones remitidas a prensa por el Ejecutivo español, en las que, además, subraya que nuestro país es «enormemente atractivo para la inversión de distintas empresas, por ejemplo Stellantis, que ya cuenta con tres factorías (Vigo, Zaragoza y Madrid)».
Considerando que el fabricante francés aún no ha confirmado oficialmente la fabricación en Figueruelas del e-208, una noticia que fue adelantada en primicia por este periódico en enero de 2022 y en la que se informaba también de la llegada del Lancia Ypsilon cero emisiones, el ministro indica que confía «plenamente en que la multinacional decidirá la mejor ubicación» para el coche. «Esperamos tener las mejores noticias dentro de poco y trasladárselas lo antes posible», sentencia.
Francia pide «patriotismo económico» a Tavares
La reacción de respaldo del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre la competitividad de la industria del motor nacional no es un hecho menor en estos momentos, porque la insistencia de Francia para que Stellantis cambie sus planes productivos y adjudique el montaje del urbano de la firma del león a una de las factorías galas está siendo muy fuerte y cada vez más incisiva.
A comienzos de julio, por ejemplo, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, pidió públicamente al CEO del constructor, el portugués Carlos Tavares, que dé muestras de «patriotismo económico» relocalizando la producción de coches pequeños. Una petición que fue contestada por el directivo de forma contundente en una entrevista con Le Figaro: «Relocalizar este proyecto [el del Peugeot e-208] no sería beneficioso ni para la empresa ni para el país».
Este posicionamiento se ha acompañado también en las últimas fechas de críticas sin ambages contra Francia sobre el tratamiento más favorable que están dispensando a fabricantes sin actividad de motores de combustión [en una alusión a Tesla, que ha mantenido dos reuniones recientes con Emmanuel Macron], frente a las compañías como la suya que han hecho grandes contribuciones para el desarrollo de la riqueza en Europa.
«No hay razón por la que deberíamos tomar un riesgo extra fabricando los vehículos pequeños en un país de alto coste», aseveró en una conferencia con prensa, en la que puntualizó: «Si el Estado está intentando atraer nuevos actores con inversiones en nuevas plantas, por favor, preguntadles a ellos que asuman ese riesgo».
Seguir el ejemplo de Renault
La campaña de presión del Ejecutivo francés, que controla un 6% del capital de Stellantis y es miembro de su Consejo de Dirección, asimismo se está sirviendo de los planes de producción de otros constructores en Francia para dejar en evidencia a la entidad encabezada por Tavares ante la población local.
Así, el ministro de Industria, Roland Lescure, declaró el pasado 15 de junio en la cadena de radio France Inter que «tenemos fabricantes franceses que se comprometieron justo antes del Salón de París a producir 15 nuevos modelos aquí: el Renault 5, el 4L y el 308 [este último de Peugeot] se van a fabricar en Francia. Evidentemente, me gustaría que el 208 también se ensamblara en nuestro país, porque es importante para los franceses y francesas, y para los empleados de Stellantis. Es una batalla constante, y nuestras discusiones son, diría, muy ágiles», concluyó.
Fuentes del sector consultadas por este medio valoran las declaraciones del ministro de Industria en estos momentos, toda vez que consideran que España y, concretamente, la factoría de Stellantis tienen por delante un «riesgo» de que la decisión ya consumada de que el e-208 actual se haga en Zaragoza —se empezará a hacer en serie en septiembre-octubre— pueda ser modificada en algún sentido, a pesar del rechazo mostrado hasta ahora por Tavares. Un escenario que no se puede descartar, porque el coche se monta sobre la plataforma CMP, que también está implantada en suelo galo, como en la fábrica de Poissy, lo que hace factible su industrialización.
Pero más allá de este desenlace, que parece improbable, lo que estaría en juego, de acuerdo con las mismas voces sectoriales, es la adjudicación de la siguiente generación de ese modelo eléctrico de Peugeot, una vez finalice la actual entre 2027 y 2028. De momento, el centro de Figueruelas estaría bien posicionado para este u otro proyecto después de que acordase el pasado abril su nuevo convenio colectivo para el periodo 2023-2027, un pacto que supondrá la llegada de una de las nuevas arquitecturas eléctricas del consorcio, las STLA, probablemente la pequeña.
