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Fabricantes y sindicatos se oponen al plan de Biden para impulsar las ventas de eléctricos

Los grupos automovilísticos Toyota, Stellantis y General Motors, además del sindicanto United Auto Workers, que representa a 150.000 trabajadores de diversas empresas, han pedido a Biden y a la EPA suavizar los requisitos de la normativa propuesta el pasado mes de abril para impulsar la movilidad eléctrica, por considerar que son demasiado ambiciosos.

Fabricantes y sindicatos se oponen al plan de Biden para impulsar las ventas de eléctricos
Joe Biden, presidente de EEUU, ha propuesto los estándares más ambiciosos en materia de emisiones.

Durante el pasado mes de abril, el presidente Joe Biden anunció una estrategia para aumentar las ventas de coches cero emisiones y disminuir la contaminación en un promedio anual del 13%, a través del endurecimiento de los límites de contaminantes. Así, se implantarían, para 2027, los estándares más ambiciosos de la historia de Estados Unidos, con los que pretende que el 67% de las comercializaciones totales de vehículos en 2032 sean VE y que, en lo referido al sector de las furgonetas, este porcentaje sea del 46%. Actualmente, en este país los eléctricos y los híbridos enchufables representan menos del 10% del mercado.

GM, Toyota y Stellantis consideran los requisitos demasiado ambiciosos y afirman que afectarían a los suministros para fabricar baterías

Sin embargo, estos objetivos no han sentado bien dentro del sector de la automoción. Grandes corporaciones, como es el caso de Toyota, Stellantis o General Motors, han criticado los requisitos del plan estadounidense. Los dos primeros presentaron un documento ante el Gobierno federal, advirtiendo de que los límites de emisiones propuestos para automóviles y camiones ligeros son demasiado optimistas y discriminan a los híbridos enchufables, según recoge Bloomberg. En la opinión de estos grupos, el impulso de ventas agresivas de cero emisiones agotarían los suministros minerales necesarios para fabricar baterías.

GM, por su parte, se dirigió a la Agencia de Protección Ambiental (EPA), alertando que los requisitos de emisiones, junto con el resto de regulaciones estatales y federales, podrían suponer un desafío complicado de solventar para los productores de automóviles.

Según Reuters, la empresa estadounidense mostró su preocupación ante la posibilidad de que «la falta de claridad o de coordinación entre las agencias pueda obstaculizar la capacidad de los fabricantes de coches para mantener el cumplimiento, año tras año, de cada uno de estos programas regulatorios».

A pesar de…


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