El Departamento del Tesoro de Estados Unidos oficializó los requisitos sobre el origen de los componentes de los coches eléctricos para que puedan optar a los incentivos de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que se unirán a los del ensamblaje, precio máximo unitario y renta del comprador, activos desde el 1 de enero.
Así, para lograr 3.750 dólares (3.452 euros) de subsidio, el 50% del valor de las piezas de las baterías tendrán que proceder de Norteamérica o países con los que la nación tiene un acuerdo de libre comercio, y, para doblarlos al máximo de 7.500 dólares (6.904 euros), deberá ocurrir lo mismo con el 40% de los minerales críticos. Esto entrará en vigor el próximo 18 de abril, cuando el Ejecutivo publicará una lista actualizada de los modelos con acceso a la ayuda y su cuantía en cada caso.
La Unión Europea, cerca de optar
La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, afirmó el día 30, en vísperas de la publicación de estos requisitos, que continúan negociando para que los componentes comunitarios cuenten como los de las regiones con las que Estados Unidos tiene un tratado de libre comercio.
El principal precedente lo sentó Japón el 28, al firmar un pacto con el compromiso de no imponer restricciones bilaterales a la exportación de minerales críticos para los eléctricos y colaborar en su cadena de valor a cambio de que los de origen nipón opten a la IRA. Vestager, sin embargo, puntualizó que la Unión Europea concierta un acuerdo «del mismo alcance» pero marco jurídico diferente, «lo que está retrasando la cuestión».