La UE confía en que Estados Unidos flexibilice las ayudas al eléctrico a sus marcas

Hace ya meses que se aprobó en Estados Unidos la Ley de Reducción de la Inflación, pero uno de sus puntos, el sistema de incentivos fiscales al vehículo eléctrico, sigue coleando a día de hoy por su carácter proteccionista. Las condiciones para que un modelo opte a estas ayudas —que exigen que se haya ensamblado en suelo norteamericano y que parte de las baterías y sus minerales procedan de ese país, de aquellos con los que tenga un tratado de libre comercio en vigor o ser reciclados allí— generó un gran malestar en Europa y en naciones como Corea del Sur o Japón, debido a la importancia de la industria automovilística en estos territorios. De hecho, llegaron a denunciar que la medida iba en contra de las normas de la Organicación Mundial del Comercio (OMC).

Tras la creación de un grupo de trabajo entre la Unión Europea y Estados Unidos el 25 de octubre para abordar el problema, parece que las posturas están cerca del entendimiento, y desde las instituciones comunitarias confían en que habrá un acuerdo favorable para sus fabricantes. El ministro de Comercio de la República Checa (nación que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo), Jozef Síkela, reconoció en los primeros compases de la negociación que «idealmente querríamos el mismo tratamiento que Canadá y México, pero hay que ser realistas y ver qué podemos conseguir». Ahora, ha sido el embajador de la UE, Stavros Lambrinidis, el que ha asegurado que…