Desde 2020, la industria ha perdido aproximadamente 85.700 empleos. Asimismo, de los 101.200 que se esperaban para 2025, por el momento solo se han creado 29.300; de esta manera, actualmente queda un saldo neto negativo de 56.400 puestos.
Para Clepa, estos números son «una clara señal de que la salud estructural de la industria está en peligro, lo que exige atención inmediata».
No se alcanzan las previsiones
De los que se han creado, el 65% (19.100 empleos) están directamente vinculados a la transición hacia la movilidad eléctrica. Sin embargo, solo se ha materializado el 20% de los puestos esperados en esta cadena de suministro (el estudio de 2021 proyectaba un total de 93.700).
La transición también ha afectado al segmento de los motores de combustión interna, en el que se esperaba la creación de 7.500 empleos aunque solo han surgido 2.070. Por el contrario, la pérdida laboral en esta área alcanza los 22.600 puestos.
Además, 6.800 nuevas oportunidades están asociadas a componentes no relacionados con el tren motriz (como iluminación y asientos).
Por territorios, Alemania ha sido la más golpeada, acumulando el 60% de las pérdidas laborales del sector entre 2020 y 2024, incluyendo las previstas si Volkswagen cumple sus planes de cerrar plantas en este país (ver noticia en la página 16); así se alcanzaría la cifra de 51.000. A pesar de todo, también fue la segunda que más nuevas ocupaciones creó, un 18% (5.300). En este aspecto, la primera fue Polonia, con 8.100 (un 28% del total), y la tercera Hungría, con 4.400 (15%).
Por el contrario, Francia se quedó con el 8% de los recortes (7.000) y Polonia el 5%, 4.600. En cuanto a España, se perdieron 3.100.
La principal causa de esta crisis incluye...
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