Tal y como estaba previsto, el organismo ha publicado en el Diario Oficial de la UE el resultado preliminar de la investigación y ha confirmado los aranceles provisionales, que entrarán en vigor mañana. Estos suponen incrementos en los tipos de hasta el 37,6% sobre firmas como BYD, Geely y Saic. Los modelos ensamblados en China de Tesla, BMW y otros fabricantes de automóviles occidentales también se verán afectados.
No obstante, ha rebajado el máximo desde el 38,1% anunciado en junio, que se aplicará a Saic y a las empresas que no colaboraron en la investigación, y el 20% de Geely ha pasado a un 19,9%.
«Deben imponerse medidas compensatorias provisionales sobre las importaciones de vehículos eléctricos de batería originarios de la República Popular China, de conformidad con las normas del artículo 12, apartado 1, del Reglamento de base, que establece que el derecho provisional corresponderá al importe total de las subvenciones sujetas a medidas compensatorias establecidas provisionalmente», afirma el texto.
15 días para presentar alegaciones
Del mismo modo, da a las partes interesadas 15 días naturales para presentar por escrito sus observaciones así como la posibilidad de solicitar una audiencia en el plazo de cinco días naturales a partir de la fecha de entrada en vigor del Reglamento. También podrán reunirse con el consejero auditor en procedimientos comerciales en el mismo periodo. El consejero auditor examinará las solicitudes presentadas fuera de este plazo y podrá decidir si es procedente aceptarlas.
A pesar de ello, no se cobrarán directamente los aranceles, sino que cada país decidirá como aplicar una fianza, de manera que se paguen cuando se establezcan de forma definitiva. Adicionalmente, establece que «los datos recogidos en relación con los productos que se hayan introducido en la Unión Europea para su consumo
como máximo noventa días antes de la fecha de entrada en vigor del presente Reglamento deberán conservarse hasta la entrada en vigor de posibles medidas definitivas o hasta la finalización del presente procedimiento».
Ante posibles contramedidas, la Comisión defiende su postura asegurando que la investigación «cumple plenamente las normas aplicables de la OMC y de la UE». Además de que «se basa en pruebas de la existencia de una amplia gama de subvenciones chinas sujetas a medidas compensatorias, así como en una amenaza de perjuicio para la industria de la Unión debido al gran aumento del exceso de capacidad en China y al rápido crecimiento de las importaciones a bajo precio y subvencionadas de BEV en la Unión». Así, afirma que su objetivo es garantizar que la Unión y los productores exportadores chinos compitan en igualdad de condiciones. Además, considera que China y los productores exportadores chinos han tenido un amplio derecho a la defensa y a participar en la investigación, así como a una revisión judicial imparcial de la decisión final, sin necesidad de recurrir a represalias.
Votación en las próximas semanas
A pesar de la publicación oficial, en las próximas semanas, tal y como se acordó con la República Popular, los miembros de la UE votarán de forma «consultiva» sobre la cuestión de los aranceles.
Actualmente, existe una clara división entre opiniones a favor y en contra, lo que destaca el desafío que enfrenta Bruselas para conseguir apoyo a su medida. Pekín, por su parte, ha amenazado con represalias de amplio alcance si se implementan.
Alemania, uno de los principales actores en esta disputa, se opone a los aranceles. Una fuente gubernamental alemana reveló que el país, cuyas automotrices realizaron un tercio de sus ventas en China el año pasado, quiere detener la imposición de estas tarifas adicionales. También la asociación VDA ha instado a la Comisión Europea a eliminar esta iniciativa por el posible impacto que pueda tener en la industria alemana. Asimismo, el CEO de BMW, Oliver Zipse, calificó los aranceles como un «callejón sin salida» que perjudicaría a las empresas globales, ralentizaría la descarbonización al limitar el suministro de vehículos eléctricos a Europa y no fortalecería la competitividad de los fabricantes europeos.
China, consciente de que el país germano está a su favor, llegó incluso a proponer ventajas para sus marcas premium si median para convencer a Bruselas de detener el proceso.
En contraste, Francia se ha mostrado como uno de los defensores más firmes, argumentando la necesidad de proteger la industria automotriz europea de la competencia extranjera.
Sin embargo, la mayoría de los países de la UE aún están evaluando los pros y los contras de intensificar esta disputa comercial, según un sondeo informal realizado por Reuters entre los gobiernos de la región.
Mayoría cualificada para la decisión definitiva
Los miembros de la UE también votarán en octubre (cuando finaliza la investigación) si los aranceles pasan a ser definitivos. Para ello, se requiere una mayoría cualificada: al menos 15 países que representan el 65% de la población de la UE deberían votar en contra para que no se apliquen.
El país galo, junto con Italia y España, que reúnen el 40%, han indicado que respaldarían los aranceles.
