Una semana después de que la Comisión Europea anunciara los porcentajes de sus derechos compensatorios provisionales a los VE, los fabricantes de automóviles chinos afectados se han reunido y han solicitado a Pekín incrementar sus propios aranceles sobre los vehículos europeos de gasolina un 25%, así como llevar a cabo contramedidas firmes según informó el periódico estatal Global Times. La tasa actual es del 15%.
En la reunión, que se celebró a puerta cerrada en Pekin a petición del Ministerio de Comercio de China, también participaron empresas automotrices europeas, como BMW, Mercedes-Benz, Stellantis, Renault, Volkswagen y su división Porsche, además de otras autóctonas como SAIC o BYD, según informaron dos fuentes familiarizadas con el tema a Reuters.
El objetivo principal del encuentro fue ejercer presión sobre Europa y mostrarse como un grupo unido contra la medida de Bruselas.
Un portavoz de Mercedes-Benz declaró que el grupo apoya un régimen de libre comercio basado en las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). «En el contexto de la globalización y las interdependencias económicas de nuestro tiempo, el lema para asegurar la prosperidad y la paz es: diálogo y cooperación constructiva. Confiamos en los esfuerzos de los políticos para continuar este diálogo», afirmó.
Según expertos de la industria, tanto Europa como China tienen razones para querer llegar a un acuerdo en los próximos meses para desescalar tensiones y evitar que los fabricantes de uno y otro bando se enfrenten a sobrecostes, ya que el proceso de la UE permite una revisión.
La Comisión Europea ya dijo que estaba examinando la situación «con vistas a discutir si se puede encontrar una solución mutuamente aceptable».