Apenas cinco meses después de que el gigante japonés Toyota se viera obligado a detener la producción de su filial Daihatsu en Japón, así como suspender los envíos globales y a retirar 300.000 de los vehículos de esta marca tras reconocer que algunas pruebas de seguridad de sus modelos habían sido manipuladas (al igual que las de ciertas piezas de la propia matriz), la historia se repite. De nuevo, y sin que la investigación del mencionado escándalo haya concluido, se ha visto envuelta en una situación similar.
Y es que el Ministerio de Transporte japonés ha revelado que se encontraron irregularidades en sus solicitudes para certificar ciertos modelos de vehículos, motivo por el cual ha abierto una investigación contra la nipona. Sin embargo, esta vez no ha sido la única empresa implicada; también se han encontrado errores similares (datos defectuosos o manipulados) relativos a Mazda, Honda, Suzuki y Yamaha y deberán someterse de igual forma a ser inspeccionadas. Según el organismo público, estas discrepancias fueron descubiertas durante una revisión impulsada por la entidad reguladora y, en consecuencia, se ha ordenado a las cinco compañías que suspendan los envíos de los vehículos afectados hasta que se pueda confirmar que cumplen con las normativas vigentes. No podrá reanudarse hasta que no obtenga la aprobación de la certificación.
El escándalo no pone en peligro el rendimiento del vehículo, según Toyota
«Es extremadamente lamentable que hayan salido a la luz nuevos actos fraudulentos, ya que socavan la confianza de los usuarios y sacuden los cimientos mismos del sistema de certificación de automóviles”, afirmó el Ministerio de Transporte en un comunicado.
Por el contrario, desde la empresa se ha defendido que los inconvenientes encontrados no estaban relacionados con el rendimiento del vehículo y que sus clientes pueden seguir usándolos. Algunos ejemplos de irregularidades que dio Toyota fueron: la medición de los daños por colisión en un lado del capó de un modelo (que debería ser en ambos lados) o la realización de algunas pruebas en condiciones más estrictas que las establecidas por el ministerio, pero que no cumplían con los requisitos del gobierno.
Esto se ha juntado con la retirada del mercado estadounidense de 112.000 furgonetas Toyota Tundra de tamaño completo y SUV grandes Lexus LX 600 debido a posibles escombros dentro del motor V35A (que se suministra desde la planta de Tahara en Japón para Toyota Auto Body y desde Toyota Motor Manufacturing), que podrían provocar golpes en este o un funcionamiento brusco y que se detenga o no arranque, según los documentos presentados por Toyota ante la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA).
El puesto de Toyoda, en el aire
Este incidente ocurre en un momento particularmente delicado para Toyota, que se encuentra a pocas semanas de su reunión anual de accionistas. De estos, dos importantes grupos han recomendado no renovar el mandato del presidente Akio Toyoda en la junta directiva de la compañía debido a la reciente ola de problemas relacionados con las pruebas y la certificación dentro del ámbito de Toyota. Previamente ya se había cuestionado su figura por parte de la consultoría Glass Lewis, que había puesto en entredicho la objetividad del Consejo, así como la gestión de Toyoda, quien ha liderado la empresa durante más de una década.
A pesar de todo, en el 30 de enero, Toyoda convocó a los líderes de 17 empresas del grupo a una reunión para advertirles que se mantuvieran en el camino recto y que no tomaran atajos, ya que tomaría «medidas» como responsable de las empresas del grupo.
Y es que no puede obviarse que el grupo ha visto su credibilidad puesta en entredicho en numerosas ocasiones. El escándalo de Daihatsu se remonta hasta 1989, pero también en 2022, la filial de fabricación de camiones, Hino Motors, fue noticia por eludir las certificaciones de emisiones.
El caso de Mazda
Por su parte, Mazda anunció la suspensión de la producción de dos modelos afectados: el Roadster RF, una versión del MX-5 Miata, y una versión del subcompacto Mazda 2.
La empresa informó que la mala conducta ha impactado a 10.760 unidades del Roadster y a 41.361 unidades del Mazda 2. Según afirmó, los problemas están relacionados con el software de control del motor y no afectan la seguridad de los vehículos.
Las acciones de esta entidad bajaron un 5,61% en los últimos cinco días, mientras que las de Toyota lo hicieron casi un 3%, las de Honda un 3,62%, las de Yamaha un 2,3% y las de Suzuki un 1,58%.