El responsable de Financiación Pública y Asuntos Gubernamentales de Bosch España, José Antonio García Ontalba, ha señalado que por cada puesto de trabajo que hace falta para la fabricación de un motor eléctrico la cifra asciende a 10 en el caso de los de combustión. Esto quiere decir que en la transición hacia el VE, se pierden nueve empleos por cada propulsor que se ensambla.
En este sentido, cuestionado por La Tribuna de Automoción por cómo podía afectar a las instalaciones españolas de la empresa alemana, el directivo ha avisado de que Bosch tiene una fábrica en Aranjuez (Madrid) donde produce «sólo componentes para motores térmicos», en la que trabajan más de 400 personas —sin contar los indirectos—, en riesgo claro por la transición hacia la electromovilidad y por la escasez de las ayudas de la Administración.
Así, durante la presentación de la reestructuración de la Agenda de Prioridades Estratégicas I+D+i de la Plataforma Move to Future, coordinada por Sernauto, García ha señalado que mientras que Portugal había otorgado ayudas por valor de 150 millones de euros a Bosch, en España, en el primer Perte VEC, las subvenciones se habían limitado a cuatro millones de euros —3,7, según el cálculo hecho por esta publicación al sumar los proyectos de las plantas de la compañía germana—.
Otro ejemplo de cuantías superiores es el de Hungría, con 250 millones a la compañía, que ha impulsado un centro de I+D+i que dará empleo a 4.000 ingenieros. Además, destaca, en este país hay una ventanilla abierta continuamente, porque la prioridad de ese Gobierno es atraer inversión relacionada con el vehículo eléctrico.
Bosch Aranjuez, a la espera de un proyecto de 12 millones de euros
Dentro de ese montante económico otorgado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo español con fondos europeos, se ha conseguido apoyo para un proyecto en la planta de Aranjuez para producir «piezas del inversor de potencia» para el vehículo eléctrico, que garantizaría la continuidad de entre 30 y 40 empleados, pero que por ahora es insuficiente para blindar el centro de producción del sur de Madrid, que cuenta con 55 años de historia.
En el evento, que se enmarca en el seno del Global Mobility Call del recinto ferial madrileño de Ifema, el directivo trasladó a este periódico que Bosch está a la espera de la resolución de las solicitudes de otros proyectos para el vehículo eléctrico para Aranjuez, que cuentan con un presupuesto elegible de unos 12 millones de euros, y que está incluido en el Perte VEC II, en su bloque B (el relacionado con iniciativas individuales, ajenos a las baterías, que están en el segmento A).
De esa cifra, podría recibir entre un 25 y un 50% del total en ayudas, aclara. García ha destacado que el Ejecutivo conoce las necesidades de la fábrica y ha destacado que aunque no quiere «dar una imagen de urgencia, tampoco de complacencia. España tiene que espabilar mucho», ha sentenciado.
La planta de Bosch en Aranjuez, que pertenece a la división de Powetrain Solutions, produce piezas del sistema denoxtronic, para el tratamiento de los gases de escape; filtros de combustible y diversos componentes de termoplásticos y duroplásticos, según informa la compañía en su página web. En la nota de prensa publicada en 2018, por el 50 aniversario, señalaban que trabajaban más de 500 personas en el centro.