Actualmente, China es el mercado automotriz más grande del mundo y, por ello, los fabricantes buscan lograr expandir su actividad en aquel territorio a través de alianzas con empresas locales. En este caso, Stellantis, la segunda firma por número de ventas de Europa, se estaría planteando convertirse en socio de Zhejiang Leapmotor Technologies, de acuerdo con las informaciones obtenidas por Bloomberg. Se trataría de parte de la estrategia de «activos ligeros» en este mercado que el CEO del grupo fracoitaloamericano Carlos Tavares, CEO, planteó después de detener la producción en su única factoría de Jeep en suelo oriental y tras sopesar poner fin a todo el ensamblaje de automóviles en el Estado.
Sin embargo, no es la primera europea en considerar el pacto con esta entidad. El pasado 8 de agosto, la agencia de noticias Cai Lian comunicó que la marca Jetta, de Grupo Volkswagen, estaba en negociaciones con Leapmotor para adquirir los componentes eléctricos para utilizarlos en la creación de una nueva línea de coches eléctricos económicos. La alemana también se hizo, anteriormente, con el 5% de Xpeng, tras invertir 700 millones de dólares (635 millones de euros), como parte de su búsqueda de competir contra las enseñas autóctonas, como BYD.
Así, cobrarían sentido las declaraciones realizadas por el CEO de Leapmotor, Zhu Jiangming, quien, a principios del mes, aseguró que estaban «negociando la cesión de su tecnología a dos fabricantes de automóviles extranjeros». A pesar de ello, las conversaciones aún se encuentran en un estadio temprano y no se han tomado decisiones finales, según las fuentes consultadas por Bloomberg.
China, clave para la transición a los vehículos eléctricos
Stellantis aún mantiene tiene una empresa conjunta con Dongfeng Motor Group para comercializar modelos de Peugeot y Citroën en China y anunció, junto a Foxconn, la creación de SiliconAuto, compañía que diseñará semiconductores de alta calidad. Según las declaraciones de julio de su directora financiera, Natalie Knight, China es clave debido a la importancia del país en la transición a los vehículos eléctricos.
Y es que los fabricantes de automóviles globales han estado observando el mercado chino de VE mientras buscan expandirse en la segunda economía más grande del mundo. Entre otros ejemplos, también se encuentra Audi, que se unió a SAIC en julio para obtener ciertos componentes eléctricos y poder crear coches con precios más atractivos y con un menor coste de producción.