El presidente de Kia Iberia, Emilio Herrera, ha destacado que para su marca es «fundamental» que la rentabilidad media de la red de distribución se mantenga como mínimo en el 3%, más allá de las coyunturas puntuales del mercado, como una estrategia de negocio en un ecosistema de la automoción donde «la mayoría de los concesionarios son multimarca», integrando en su estructura empresarial diferentes enseñas que son competencia entre sí.
El directivo, que participó en una entrevista con La Tribuna de Automoción durante el pasado Salón del Automóvil de Barcelona, explicó que «los empresarios siempre tienen la opción de poner sus mejores recursos en la marca que les dé las mejores ganancias. Son emprendedores que están para generar negocio, y es normal que actúen de esta forma», sentenció.
A partir ahí, justificó que «ayudar a la red a ser rentable es un win-win», que en el caso de Kia ha hecho que «se esté volcando no solo a nivel de inversión, sino en la elección de los profesionales que trabajan para vender nuestros coches. Un buen vendedor es capaz de cambiar una concesión», remachó.
De cara a este año, la previsión de la firma surcoreana es que «como mínimo se mantengan las ganancias de 2022», que fueron de un 3% de media, frente al 1,6% de 2021. Un resultado que se soportará con un volumen de ventas esperado de 62.000 unidades en el perímetro que controla la filial de Península y Baleares, lo que supondrá un crecimiento del 6%.
Consolidar a Kia en el ‘top’ 5 de ventas en España
Tras finalizar el pasado ejercicio por primera vez en la segunda plaza en el mercado español, fruto en parte de su mayor disponibilidad de producto ante sus menores problemas de escasez de chips, Herrera considera que de ello van a poder sacar importantes réditos comerciales en el futuro. «Hubo clientes que se acercaron a ver un Kia a un concesionario que no hubiesen optado», a priori, por ello con otro escenario, enfatizando que tienen «la suficiente confianza» en su gama «para que una vez que una persona conoce y conduce nuestros vehículos se quede sorprendida».
En este sentido, en el horizonte trabajan con «la ambición de estar en el top 5, y eso ya sería un muy buen resultado». En la consolidación de esa posición de privilegio dentro del ranking va a tener un rol sustancial la fortaleza de la marca en la electrificación. Dentro de su denominado Plan S hasta 2030, el fabricante, con la meta de liderar el mercado global de cero emisiones, ha anunciado que «en 2027 vamos a contar con 15 modelos» de esta tecnología.
Al margen de esta ofensiva, Kia se va a adentrar en el segmento de los comerciales ligeros con el lanzamiento desde 2025 de un porfolio de productos eléctricos, que se enmarcan bajo el nombre de Purpose Built Vehicles (PBV), es decir, vehículos fabricados para satisfacer una necesidad muy concreta de un cliente. «Vamos a empezar paulatinamente, empezando por el modelo de tamaño medio y contaremos con una gama de tres o cuatro. Muy pronto podremos dar más detalles de la ofensiva», apostilló.
Por el momento, el constructor ya ha confirmado que introducirá en ellos «la conducción autónoma para facilitar los transportes de las empresas». Su producción arrancará en la planta coreana de Hwaseong, con una capacidad inicial de entre 100.000 y 150.000 anuales, no habiéndose contemplado por ahora la industrialización en Europa, de acuerdo con Herrera. «Aquí solo tenemos una factoría, la de Zilina en Eslovaquia, que va a continuar produciendo vehículos de pasajeros», concretó.
La respuesta al desafío chino
Por otra parte, preguntado sobre qué medidas adoptaría para responder al desafío de la venta en Europa de coches chinos cero emisiones importados, sostuvo que «no sería tan intransigente en materia de electrificación y de reducción de CO2, porque lo que les está permitiendo entrar en el continente son precisamente estos automóviles, que son mucho más fáciles de producir y pueden montarlos por diversas circunstancias a menor coste».
«Si fuese legislador, diría vamos a ser menos restrictivos, no vamos a poner 2035 como fecha límite y no vamos a imponer esos niveles de dióxido de carbono que se han fijado porque están perjudicando a la industria local», detalló, aunque matizó que duda mucho de que «vaya a haber vuelta atrás». Así, señaló que esta situación hará que «tengamos que ser muy competitivos y luchar cada vez más para poder hacer frente a los nuevos fabricantes que entran».
No obstante, para abordar la problemática, concluyó que «lo que hay que hacer son tratados de libre comercio, que es lo que siempre ha funcionado».
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