La fábrica de Seat en Martorell (Barcelona) producirá, dentro del proyecto Future: Fast Forward (F3), que supone convertir a España en un hub de electrificación, solo los vehículos cero emisiones urbanos de Cupra —se llamará Raval y se basará en el prototipo UrbanRebel— y Volkswagen, después de que la silueta de Skoda se haya caído de la planificación inicial prevista, una vez que esta marca habría desestimado aprobar la industrialización de este coche, según han informado a La Tribuna de Automoción varias fuentes del sector.
La pérdida de este modelo, que era una posibilidad que había cogido mucho peso durante los últimos meses y a la que antecedió la del automóvil de Audi —la enseña descartó arrancar su gama con esa categoría de producto—, supondrá un ajuste del programa productivo futuro del centro catalán de «entre 80.000 y 90.000 unidades anuales» a partir de 2028, puesto que el inicio del montaje del mismo estaba fijado, a priori, para 2027.
Tras esta modificación de la planificación, el consorcio alemán ha decidido compensar a Martorell con el traslado de una parte de la carga de trabajo que tiene asignada la factoría de Landaben (Navarra) del ensamblaje de dos SUV eléctricos, en este caso uno para VW y otro para Skoda, un automóvil este último que está incluido en el plan Next Level 2030 que desveló la firma checa el pasado 30 de agosto y en el que contempla una inversión de 5.600 millones de euros para VE hasta 2027. Aparte de este lanzamiento, la marca ha anunciado la llegada de otros dos cero emisiones nuevos, uno pequeño —no sería del segmento de los montados por Seat— y un familiar de siete plazas.
Concretamente, se transferirán «entre 40.000 y 50.000 unidades anuales» de estos todocaminos, cuya fabricación arrancará en la planta navarra en 2026 con una diferencia de varios meses entre el primero y el segundo, según detallan a esta publicación las mismas fuentes. La cesión se efectuará una vez que este último centro esté trabajando a pleno rendimiento de lunes a viernes, saturando una capacidad de 310.000 automóviles al año, lo que podría suceder entre 2027 y 2028.
Es decir, la porción que se trasladará entre fábricas se refiere a aquella que Landaben únicamente podría hacer activando «todos los mecanismos de flexibilidad a su alcance y con turnos en fin de semana», una organización que requeriría de elevadas contrataciones, lo que se ha descartado con el fin de reforzar la actividad de Martorell. No obstante, la llegada a las instalaciones barcelonesas de esas unidades no servirá para compensar plenamente la pérdida del modelo de Skoda, pues, aunque se trata de vehículos con más carga de trabajo que los urbanos de Cupra y VW que tiene adjudicados, la cantidad es sensiblemente más baja.
La decisión de colaboración entre ambas factorías españolas se enmarca, explican fuentes del sector, en la filosofía del proyecto denominado Península que está impulsando el grupo germano para que «se generen más sinergias» entre las dos y puedan compartir, si se da el caso, diferentes producciones, como va a suceder.
Esta publicación ha contactado con Seat para confirmar las informaciones y fuentes de la compañía no han realizado comentarios específicos sobre ellas, afirmando, eso sí, que «la ambición de F3, liderado por el Grupo VW y Seat SA, es la electrificación de la industria española del automóvil, con el objetivo de que se convierta en un hub de la movilidad eléctrica en Europa», que pasará por la transformación al VE de Martorell y Navarra. Además, recuerdan que todos los desarrollos están «vinculados a la resolución positiva del Perte VEC».
El Comité de VW Navarra alerta de falta de producciones a partir de 2026
Con la confirmación de la transferencia de hasta 50.000 unidades a Martorell, el órgano de representación de los trabajadores del centro navarro aprovechó la celebración el 8 de septiembre en sus instalaciones de una reunión para tratar la transformación hacia la electromovilidad del Grupo VW —a la que asistieron altos directivos del consorcio, miembros del Comité de Empresa Europeo y Mundial y sindicalistas de las plantas españolas, portuguesa y de cinco de Europa Central y del Este— para emitir un comunicado conjunto para alertar de «una falta de producción a partir de 2026 con la que mantener la situación actual de la fábrica».
«A consecuencia de todo esto, solicitamos al grupo no tener tutelas y ser coprotagonistas en el desarrollo de esa futura estructura de la Península Ibérica, porque quedó claro que VW Navarra es capaz hoy de liderar con autonomía cualquier proyecto, y así lo atestiguan nuestros números», puntualizó, en lo que parece una clara alusión al trasvase de coches y una crítica al liderazgo de Seat en la iniciativa F3.
Pese al mensaje referido de escasez de actividad, fuentes del sector conocedoras de los planes de la corporación germana en España aseguran a La Tribuna de Automoción que, de acuerdo con las previsiones que se manejan, la fábrica «no tendrá ningún problema de carga de trabajo a partir de esa fecha».
Sin embargo, sí explican que experimentará una reducción de las necesidades de plantilla —a fecha de 31 de diciembre de 2021, la componían unos 4.600 empleados— en el proceso de adaptación a la electrificación, que se realizará por fases en un periodo de dos años, entre 2024 y 2026, principalmente. Esto será así por la complejidad que supondrá esta transformación en un centro con una sola línea de montaje —por ella pasan el T-Cross, Taigo y Polo—, que tendrá que incurrir en paradas al no poder mover vehículos a otra cadena, como sí hará Martorell. Así, está previsto que durante un tiempo se pueda solapar fabricación de unidades térmicas y de cero emisiones.
Para afrontar ese excedente de personal, todo indica que se buscaría «la salida pactada de los operarios más veteranos», que en Navarra son un colectivo numeroso, toda vez que la edad media se sitúa entre los 48,5 y los 49 años.
Tras la llegada de los dos SUV a la factoría y cuando la fabricación alcance su velocidad de crucero, las mismas fuentes subrayan que se requerirán contrataciones y que las cifras de la plantilla serán muy similares a las actuales. Sin embargo, desde el Comité de Empresa de VW Navarra, que han mantenido hoy la primera reunión con el nuevo presidente del centro, Michael Hobusch, apuntan a que para mantener el número de empleados actual hace falta producir entre 340.000 y 350.000 unidades eléctrica, que es lo que habían «firmado». Este volumen no lo alcanzarían si le ceden vehículos a Martorell, avisan.
La alternativa de Seat Martorell
En el caso de las instalaciones catalanas, con la hoja de ruta que tienen aprobada hasta la fecha, incluyendo las unidades que recibirán de los todocaminos, no tienen resuelto el problema de falta de actividad y de sobrante de empleados que padecerán a raíz del fin del ciclo de vida del Seat León y del Cupra Formentor —se montan en la línea 2— en 2027-2028, que advierten los sindicatos del centro.
Para solucionarlo, estos reclaman que VW asigne a Martorell una segunda plataforma eléctrica, para el tamaño de los dos vehículos precedentes, un proyecto para el que estaría mejor colocado después de la firma del convenio colectivo 2022-2026 con el que se han sentado las bases para la transformación de la compañía a la electromovilidad.
La adjudicación se resolverá en un sentido o en otro en la ronda de planificación de producto del constructor alemán de noviembre de 2023 (PR72), y es que la empresa ha dejado para entonces la aprobación de las decisiones estratégicas en materia de reparto de actividad ante el escenario de gran incertidumbre y volatilidad actual y el reciente cambio en la presidencia.
En paralelo a la posibilidad de que llegue esa inversión trascendental para el futuro de Seat, se está estudiando otra alternativa, aunque sería insuficiente para aportar la deseada solución, que es la de producir variantes con dimensiones modificadas de los dos urbanos de Cupra y VW. Fuentes del sector señalan que todo está en fase embrionaria, pero que ya se han realizado incluso algunos bocetos de los vehículos, no obstante, precisan que hay pocas opciones de que la industrialización se lleve a cabo.