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El Grupo VW señala que la reforma fiscal que plantea el sector generaría una recaudación que compensaría incluso la bajada del IVA a los electrificados

El presidente de la filial comercial del Grupo VW en España, Francisco Pérez Botello, explica que la propuesta de reforma de la fiscalidad de la automoción que ha entregado Anfac al Gobierno permite recaudar un dinero suficiente que cubre para las administraciones públicas la pérdida del Impuesto de Matriculación y una hipotética rebaja del IVA a los coches eléctricos e híbridos enchufables.

El presidente de VW Group España Distribución, Francisco Pérez Botello.

El presidente de Volkswagen Group España Distribución, Francisco Pérez Botello, ha señalado que la propuesta presentada por la Asociación Española de Fabricantes de Vehículos (Anfac) al Gobierno de reforma de la fiscalidad de automoción consiste, entre otras cuestiones, en la supresión del Impuesto de Matriculación y la creación de otro en su lugar  que generaría una recaudación suficiente para “compensar” la eliminación del primer tributo y los menores ingresos que recibirían las administraciones en caso de que aplicaran un IVA cero para los eléctricos y uno reducido para los híbridos enchufables –“tendrían sentido durante dos o tres años” hasta que despegue el mercado de electrificados–. Incluso, añadió, se obtendrían “más fondos”.

En una comparecencia con prensa para presentar los resultados comerciales de su compañía en 2020, el directivo explicó que la nueva tasa “la pagaría anualmente todo el parque circulante de vehículos y estaría indexada a las emisiones”. “No supondría una cantidad [de dinero] muy grande. Para una economía media sería casi imperceptible”, aseguró, para después indicar que la gestión sería estatal, para tener “una fácil implantación”, pero que luego el Estado central tendría que establecer un mecanismo compensatorio para las autonomías ante la pérdida de recursos que tendrían al suprimirse el tributo de matriculación.

Con la propuesta de la patronal de fabricantes, “los coches antiguos pagarían más”, lo que sería “un incentivo para darlos de baja” y por tanto se podría avanzar en el rejuvenecimiento del envejecido parque español, destacó Pérez Botello, quien enfatizó, igualmente, que al eliminar el Impuesto Especial sobre determinados medios de transporte –“solo existe de manera similar en Europa en Francia, Italia y Portugal”– “se aumentaría la accesibilidad a los coches nuevos de combustión”, teniendo un impacto relevante en la reducción de la contaminación. “Si solo en Madrid se cambiasen los automóviles de más de 15 años por otros nuevos diésel se reducirían las emisiones más de un 50%”, sentenció.

El directivo, cuya compañía comercializa las marcas VW, Audi, Skoda y VW Vehículos Comerciales, también incidió en que el enfoque fiscal planteado tiene un componente socioeconómico, puesto que “un ciudadano que tuviera un turismo térmico con gran cilindrada pagaría más, mientras que alguien con uno de gasóleo de baja potencia”, en definitiva un vehículo medio, abonaría “poco”.

La reforma de la fiscalidad promovida por Anfac, que además incluye una reformulación del Impuesto de Circulación para que se estructure en función de las normativas Euro de emisiones, fue entregada al Gobierno el pasado 2 de marzo en la reunión que mantuvo la Junta Directiva de la patronal en la Moncloa y que contó con la presencia del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera; la ministra de Industria, Reyes Maroto; y el ministro de Transportes, José Luis Ábalos. “El feedback que recibimos fue muy positivo”, ha reconocido el presidente de la filial del Grupo VW, que apunta que, tras el encuentro, el sector esperaba que “se pusiera en marcha un grupo de trabajo, pero desde entonces no se ha hecho nada”.

El directivo, ante el pensamiento dominante en la industria de que los cambios tributarios no llegarán a corto plazo, reclama al Gobierno que de manera urgente presente un decreto para revisar los tramos del Impuesto de Matriculación –las asociaciones pidieron un alza de un 20% de los valores de cada epígrafe– y así poner fin a la mayor presión fiscal que hay desde el 1 enero por la aplicación de los niveles de emisiones de CO2 de la homologación WLTP, que ha afectado a un 48,4% del mercado, según Anfac. “Hay que corregir este disparate para frenar la hemorragia que está padeciendo el automóvil”, aseveró Pérez Botello, que comparó la caída de ventas de enero en España del 51,5% con la de Francia (-5,8%) o Italia (-14%), dos países que, junto a Portugal, modularon sus tasas con la aplicación de la nueva certificación ambiental.

El responsable de la compañía alemana, que apuntó que esta medida tendría suficiente respaldo parlamentario, se mostró muy crítico con el hecho de que el Ejecutivo no evitase la subida impositiva,  lo que, a su juicio, respondió a una “cerrazón” y a una decisión que pivota sobre “cuestiones ideológicas” por parte del Ministerio de Transición Ecológica, ya que, tal y como puntualizó, el resto de departamentos “estaba a favor” del planteamiento sectorial. En este sentido, subrayó que el tema “solo lo puede resolver ya el presidente del Gobierno”.

La corrección, en opinión del directivo, tendría un efecto notable en el mercado, ya que “como poco 15 puntos de la caída de matriculaciones de enero se deben al efecto del incremento del Impuesto de Matriculación”. La necesidad de actuar con urgencia es máxima, toda vez que desde el Grupo VW advierten de que febrero apunta a otro descenso de entre el 40% y el 50% y con esta tendencia “están en riesgo miles de puestos de trabajo en el sector”. “En nuestra red de concesionarios se encendieron las alarmas en enero y seguramente a lo largo de este mes tendrán que implementar reducciones de plantilla”, explicó Pérez Botello.

No más Renove

Por otra parte, y en relación a otras propuestas para dinamizar el mercado y renovar el parque, el presidente de VW Group España Distribución descartó la pertinencia de poner en marcha un nuevo plan Renove –finalizó su vigencia el 31 de diciembre sin que el Gobierno lo prorrogara–, porque “tal y como se tiene que estructurar por ley no es la solución”. “No pueden hacer algo muy distinto de lo de 2020 y eso lamentablemente no va a tener ninguna efectividad”, remachó, recordando “los pocos recursos que se consumieron” el año pasado.

En su opinión, “lo único para lo que sirvió el programa de ayudas es para mitigar algo la demonización que había sobre los motores de combustión, pero en sentido práctico tuvo poca efectividad”.

Por todo ello, ha defendido que se apueste por “soluciones más estructurales”, como la mencionada reforma integral de la fiscalidad, y en el plano de los incentivos por planes para el impulso del vehículo eléctrico.

Preguntado por la futura revisión de las etiquetas de la DGT, comentó que existe un proyecto para revisarlas a lo largo de 2021, pero en el sector no se prevé que haya cambios de calado que puedan “generar inquietud en el mercado”.

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