La aprobación del Moves III de 2025 el 1 de abril despejó mucha tensión que tenía acumulada el sector desde que el 22 de enero el país se quedara sin la prórroga del plan hasta el 30 de junio tras decaer el real decreto que la había aprobado.
Un alivio marcado por el efecto retroactivo a inicios de año y la extensión de la vigencia hasta el 31 de diciembre, sin embargo, el programa, dotado de 400 millones, vino acompañado de letra pequeña; y es que, como expusimos en la primera quincena de abril, los fondos no se sumaban a los 1.550 millones que había al cierre de 2024, sino sobre los 1.335,95 que tenían transferidos las autonomías.
«considerando que a diciembre ya había solicitudes por valor de 1.448,58 millones, se pronosticó que los incentivos difícilmente sobrevivirían al verano»
Así, considerando que a diciembre ya había solicitudes por valor de 1.448,58 millones, se pronosticó que los incentivos difícilmente sobrevivirían al verano. Pues bien, según los últimos datos a 26 de mayo, las peticiones se elevan a 1.601,3 millones solo considerando los registros hasta el 22 de enero, de modo que apenas queda de margen 134,65 millones.
Una foto que no incluye los expedientes de febrero hasta hoy. En definitiva, si las regiones activan el plan en junio —al cierre de edición solo lo había hecho Madrid—, en pocos días se habrá consumido. Ante ello, y para evitar un parón en el apoyo, el Gobierno tiene que dar una respuesta rápida e inyectar más recursos para llegar a finales de 2025. Y junto a ello debería aprovechar para aplicar su prometida mejora de las ayudas para que se cobren en el momento de la compra o mucho antes que actualmente. La hora de la verdad para plasmarlo debería ser con la presentación este mes del Plan Auto 2030.