El secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, ha señalado que «el gran elefante en la habitación» entre los puntos clave para impulsar el coche eléctrico es «la fiscalidad» y, en ese sentido, ha planteado que España debería abrir «un debate amplio» sobre el incremento de los gravámenes a la gasolina y al diésel.
En el V Foro anual de Anfac, el número 2 del Ministerio de Transición Ecológica ha expuesto que nuestro país «en el listado en porcentaje de matriculaciones del vehículo eléctrico respecto a los estados miembros» de la UE presenta «una foto seguramente que se parece muy mucho al ranking en fiscalidad de los combustibles fósiles», donde, precisó, «estamos en el percentil de los últimos».
Tras esta comparación, sentenció: «Insisto, ¿estamos dando las señales adecuadas a quien quiere optar por comprar un eléctrico o para cumplir los compromisos [medioambientales] que nos estamos planteando? El debate es amplio, es completo».
«Cuando hablamos de la toma de deciones del mercado, no es otra cosa que la integral de una suma de toda una toma de decisiones; de que tengamos un debate, un clima público proclive a tomar decisiones. ¿Creen ustedes que el clima social en esta materia [electrificación] es suficiente proclive para hablar de fiscalidad o de cualquier medida, si con una de sentido común, de pleno consenso, tenemos que estar tirándonos los trastos en el Congreso, perdiendo medidas [en referencia a la extensión del Moves III aprobada en diciembre, que luego decayó] y viendo juridicamente cómo podemos encajarlo?, se preguntó.
El impulso del coche eléctrico, una tarea de conjunto
Aparte de las medidas de tributación, en las que el Gobierno, por ejemplo, ya ha anunciado que confía en aprobar el alza en la tasa del diésel para equipararla a la de la gasolina antes del 21 de marzo dentro de un compromiso con Bruselas, Groizard se cuestionó que, teniendo en cuenta como dice un estudio de la empresa Electra que «seis de cada 10 de españoles están considerando en los próximos cinco años comprarse un coche eléctrico, habría que «mirar qué está haciendo» la Administración con las medidas de acompañamiento público, el sector, por ejemplo en el proceso de compra con el asesoramiento a los clientes o con las estrategias de publicidad, o los medios de comunicación como especialistas en la prescripción de la tecnología, «para que las cifras [de ventas] sean las que son».
En este sentido, añadió también que el ciudadano «no es consciente de que ya hay más de 40.000 puntos de carga [de acceso público], frente a 11.200 estaciones de servicio con una diferencia de tamaño entre las flotas que es la que es». Fruto de ello, indicó que hay que trabajar para que los conectores «sean más visibles», al tiempo que detalló que siguen desarrollando «un aplicativo para que se puedan ver en tiempo real».
El Moves: «Lo antes posible y retroactivo»
En relación a la ausencia del Moves, el secretario de Estado de Energía aludió a las palabras de la ministra Aagesen de anteayer en un evento de Aedive sobre que desde el Gobierno «se está trabajando para reactivar lo antes posible» el plan de ayudas al eléctrico y que «sea retroactivo. Es el compromiso», destacó.
Más allá de ello, aseveró que este programa, «con sus carencias» —«soy el primero que acepta recibir toda crítica constructiva»— y que ha pasado de presupuestos de «decenas de millones, 50, a 400 y 1.500», está sirviendo «para dar respuesta a la demanda histórica que hay de la movilidad eléctrica» y ha estado «funcionando», transfiriéndose recursos cuando se requerían a las regiones, «sin perjuicio de que los sistemas pueden ser más ágiles».
Aparte del refuerzo económico, Groizard expuso que el plan «se ha ido modificando, actualizando, a partir de las peticiones del sector y de las comunidades autónomas». En relación al futuro, apuntó que en el Ejecutivo se coincide con el sector en que hay que «dar continuidad al marco de acompañamiento público», que «no tiene precedentes en España».
Groizard avisa ante cambios en la normativa europea: «Cuidado con los vaivenes y la comodidad en el corto plazo»
Respecto a la situación actual en Europa en la que se mueve la industria de automoción, el secretario de Estado indicó que nos encontramos «en un momento crítico por la emergencia climática», con un 2024 en el que se han batido récords históricos de temperatura por encima de los periodos preindustriales, superándose los 1,5 grados de calentamiento.
«Es una realidad que no empieza en París, hace 10 años, tampoco en 2018 cuando nos peleábamos sobre si en 2040 sería suficiente o no para empezar a anticiparnos a la electrificación; no empieza ni siquiera en 1992 cuando se crea la Conferencia Marco de la ONU para el cambio climático, sino décadas y décadas atrás», apostilló, añadiendo que «la crisis climática a veces nos parece muy lejana, pero mata, y la cara más cruda la hemos visto en Valencia».
«Cuando hablamos de plazos de adaptación [en la industria], de profit warning, pero también de subidas de dividendos en los últimos años; cuando hablamos de tecnología, mercado, competencia internacional, creo que tenemos realidades físicas que no podemos cambiar solamente en el corto plazo desde la Administración pública o desde la iniciativa empresarial; no debemos perder esa perspectiva. Podemos hacer el juego de la avestruz, pero la realidad climática no cambia», ahondó, recordando que el mandato de la nueva Comisión Europea «es cumplir con los objetivos que nos hemos fijado y que la descarbonización y la reindustrialización tienen que ir de la mano».
En este sentido, destacó que la automoción «es absolutamente clave, es el corazón industrial de Europa y España, y por eso va a ser determinante en la construcción de la competitividad en la UE». De este modo, explicó que ante el reto de la electrificación y la descarbonización se necesitan tres vectores. En primer lugar, «la previsibilidad» que aporta el Pacto Verde con un marco a corto, medio y largo plazo con políticas públicas alineadas a los ciclos de inversiones en producto a tres, cinco, diez años» del sector empresarial.
Con esa certidumbre, expresó, la Comisión Europea actual tiene el mandato «de mantener los objetivos climáticos, pero reorientarlos, focalizarlos para que su consecución vaya ligada a la competitividad». «Un paso atrás socava la seguridad jurídica», sentenció, asegurando que el Gobierno de España no va a apoyar un replanteamiento de las metas.
«Cuidado con la falsa sensación de seguridad. El resto del mundo sigue corriendo, acelerando. Cuidado con planteamientos de vaivenes, que nos generen un confort en el corto plazo si nos alejan de cumplir los objetivos y poder reforzar el liderazgo [de la industria europea] a nivel internacional», señaló, advirtiendo sobre las políticas de flexibilidad que podrían derivar del Diálogo Estratégico sobre el Automóvil que está liderando Bruselas.
Energías renovables y visión de cadena de valor
El segundo vector es la energía, en opinión de Groizard, de la que declaró que «en España la apuesta por las renovables ya genera señales de precio competitivos respecto a nuestro entorno y ya está atrayendo demanda industrial, tanto la existente como nueva que busca aterrizar en España».
Y en tercer lugar, «tener una visión de toda la cadena de valor, desde el componente hasta el usuario final, pasando por la tecnología, la industria y los modelos de negocio». Así, apuntó, lo ha planteado el Gobierno con «una apuesta inequívoca, indiscutible por la automoción», movilizando 4.000 millones de euros con los Perte VEC.