El Consejo de Administración de Stellantis ha aceptado la dimisión con carácter inmediato de su hasta ayer consejero delegado, Carlos Tavares, y ha creado un Comité Ejecutivo interino, que estará presidido por John Elkann. Además, se prevé que el nuevo CEO será nombrado en el primer semestre de 2025, según un comunicado emitido por la propia compañía.
Tal y como aclara la nota de prensa, el proceso para este nombramiento «está muy avanzado» y está siendo gestionado por un Comité Especial del Consejo de Administración. En ella, asimismo, se indica que, en principio, se prevé que la designación concluirá en la primera mitad del próximo año. Hasta entonces, John Elkann, que además es el presidente del Consejo de Administración, estará al frente del gigante automovilístico.
No obstante, Carlos Tavares ya había anunciado su intención de no continuar a partir de 2026, una vez que concluía su relación contractual con Stellantis, por lo que su renuncia solo supone adelantar en algo más de un año su salida. Durante un encuentro con la prensa en el Salón de París, el ya exconsejero delegado se mostró particularmente relajado y señaló que antes de tomar la decisión había mantenido conversaciones con su familia, que le habían empujado en esa dirección.
Desavenencias entre Tavares, el Consejo de Administración y los accionistas de Stellantis
El director senior independiente de Stellantis, Henri de Castries, explicó que «el éxito de Stellantis desde su creación se ha basado en una alineación perfecta entre los accionistas de referencia, el Consejo de Administración y el CEO. Sin embargo, en las últimas semanas han surgido opiniones diferentes que han llevado al Consejo de Administración y al consejero delegado a tomar la decisión de hoy».
Por su parte, el presidente Elkann agradeció a Tavares «sus años de dedicación» y «el papel que ha desempeñado en la creación de Stellantis, así como en las anteriores reestructuraciones de PSA y Opel, que nos han puesto en la senda de convertirnos en líderes mundiales de nuestro sector».
No obstante, el nuevo líder del Comité Ejecutivo interino puso en valor que tras la salida del portugués, se garantizará «el despliegue continuado de la estrategia de la empresa» buscando el «interés a largo plazo de Stellantis y de todos los inversores». Asimismo, el comunicado aclara que se mantienen las previsiones financieras para el cierre de 2024.
Un firme defensor de las tres fábricas españolas de Stellantis
Entre los legados de Carlos Tavares, además de haber sido uno de los padres del nacimiento de Stellantis con la fusión entre PSA —Peugeot, Citroën y Opel, después de comprar la marca alemana y hacerla rentable— y FCA (Fiat Chrysler Automobiles), se encuentra el haber mantenido abiertas y con carga de trabajo las tres fábricas españolas.
De hecho, en la primera y última reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un encuentro que tuvo lugar justo el lunes pasado, el directivo transmitió que los 357,8 millones que iba a recibir la automovilística en ayudas estatales de nuestro país suponía «un nivel de apoyo satisfactorio» para adjudicar proyectos a España.
Sin embargo, mientras que el futuro de las fábricas de Zaragoza y de Vigo parece garantizado, con la adjudicación de la nueva plataforma STLA Small —aunque tanto en Figueruelas como en Balaídos el proyecto ha sufrido un retraso—, el 22 de noviembre, La Tribuna de Automoción adelantó que Madrid no producirá la nueva generación del Citroën C4 y C4 X, que se ha adjudicado a Kenitra (Marruecos), por lo que este centro está buscando nuevos modelos para poder continuar a partir de 2028.
La gigafactoría de Zaragoza, pendiente de que China autorice las inversiones de CATL
Otro de los frentes que tiene abierto Tavares es el proyecto de construir una gigafactoría en Zaragoza, conjuntamente con CATL. Durante la mesa redonda en la muestra parisina, Tavares informó, tal y como recogió este medio, que la adjudicación estaba pendiente de que China diera luz verde a las inversiones de la empresa en nuestro país.
Además, recordó que esta autorización se había complicado con la aplicación de aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos a Europa, en una decisión de la Comisión Europea que había contado con la abstención de España.
Sin duda, uno de los grandes frentes que va a tener el Ejecutivo van a ser las negociaciones con el nuevo CEO para poder mantener los tres centros. No se puede olvidar la situación actual, en la que por ejemplo, en Italia se prevé que la producción caiga un 33,42% en 2024, lo que provocó la convocatoria de una huelga el día 18 de octubre.
El contrato de agencia, uno de sus grandes debes
Además de la crisis causada por los problemas con los depósitos de AdBlue de los coches diésel y de la rotura de las correas de distribución en los motores PureTech de gasolina, otro de los grandes problemas que ha afrontado el portugués ha sido el conflicto abierto con su red de distribución.
La primera gran desavenencia fue la necesidad de recortar el número de concesionarios, como consecuencia de la fusión entre PSA y FCA. Esto implicó la reducción de cerca de un 40% de la red en España en 2021, algo que no ha servido para que deje de ser una de las que tiene la rentabilidad más baja.
Sin embargo, este no es el único punto en el que ha tenido conflicto con sus distribuidores. Una de las cuestiones que ha supuesto una tensión mayor ha sido la intención de que se aplique el contrato de agencia. Esto implica, entre otras cosas, que el stock es del fabricante y que los concesionarios solo cobran una comisión por entrega del vehículo.
Tavares, en «el lado bueno de la historia»
A lo largo de los años se ha ido retrasando su aplicación y en la actualidad, al menos en España, se ha pospuesto hasta 2027. Esto es una consecuencia de que en los mercados en los que se ha aplicado ha supuesto una reducción de las ventas, que se argumenta en que resta competitividad a los concesionarios, puesto que el precio es fijo.
Asimismo, según denuncian fuentes de la distribución, uno de los temas que ha lastrado su negocio es que durante el mandato de Tavares han perdido la venta de recambios a los talleres, que era una fuente de ingresos para los concesionarios.
Otra de las cuestiones que ha supuesto una tensión con su red ha sido el hecho de que pida a Bruselas que no posponga los objetivos de emisiones de CO2 que hay previstos para 2025 y que implicará un límite de 93,6 gramos de media por vehículo.
Mientras que sus concesiones —y el resto de la industria— dicen que no es posible alcanzar esa cifra y mandaron una carta a la presidenta de la Comisión Europea pidiendo una moratoria, Tavares insiste en que sí lo es y que luchar contra el cambio climático es estar en «el lado bueno de la historia». El nuevo CEO deberá decidir si Stellantis sigue siendo uno de los principales apóstoles del vehículo eléctrico o no.