A pesar de que el futuro de la combustión en Seat solo está asegurado hasta 2032, Wayne Griffiths, CEO de dicha marca y de Cupra, explicó, durante una mesa redonda con periodistas tras la Premiere Global del Cupra Terramar, que por el momento no se están planteando su electrificación, ya que priorizan el lanzamiento del Cupra Raval, el eléctrico «Made in Spain» que está previsto para 2025. Según el directivo, ya está siendo complicado ajustar los costes para lograr un precio competitivo en este modelo, por lo que sería demasiado exigente lograr el importe que requeriría el Seat. «Todo en su momento», afirmó.
No obstante, Griffiths mostró su confianza en un futuro eléctrico, ya que «no hay plan B» para el planeta y, por tanto, considera que la sociedad debería mostrarse más positiva al respecto y solucionar los problemas actuales, reforzando la infraestructura de carga y con incentivos más eficientes que el plan Moves, que, según su criterio, no funciona. «Necesitamos incentivos fiscales que den ventaja directa al cliente», concretó.
Así, mostró su alegría por la electrificación de la fábrica de Martorell prevista para 2025-2026, ya que de lo contrario hubiera estado en peligro. «Si parece que es pronto es porque los demás van lentos. Sin eléctrico no tiene futuro, prefiero un futuro prematuro que no tener futuro. Ninguna transformación es fácil». Además, confirmó seguir peleando para lograr una segunda plataforma de VE en esta factoría, pero para ello «tiene que tener éxito el Raval».
En cuanto a la desaceleración de la demanda de los cero emisiones, subrayó que no se cambiarían los calendarios por ello y mostró su confianza en el plan de ajustes que se ha implementado desde hace varios años en la planta catalana, por lo que esta no seguiría el posible rumbo de cierres o recortes que se está barajando para algunas localizaciones alemanas de Volkswagen.
Los aranceles al Tavascan ponen en peligro al modelo y a la marca
A pesar de la confianza de Griffiths en el futuro sin contaminación, sí se mostró francamente preocupado por la afectación que podría tener en su marca la aplicación efectiva de los aranceles adicionales a los VE fabricados en China, como es el caso del Tavascan. Según lo publicado el pasado 20 de agosto por la Comisión Europea, este vehículo estaría gravado finalmente con un 21,3% (sumado al actual 10%) si la medida no se echa atrás en la votación con efecto vinculante que se llevará a cabo entre los países miembros (para que no saliese adelante esta medida debería haber una mayoría cualificada en su contra), lo cual hoy por hoy no parece probable.
«Pone en peligro al Tavascan y con ello a Cupra», fueron las palabras del CEO. Y es que, a pesar de que Seat SA, la matriz de Cupra y de la marca homónima, logró batir su récord en el resultado financiero del primer semestre de 2024, tras conseguir un beneficio operativo de 406 millones de euros en este periodo (+9,4% interanual), los aranceles podrían suponer «un efectivo negativo relevante que no podemos evitar», que traería una significativa repercusión en el resultado de final de año. Y es que la firma no se plantea repercutir la subida al cliente «por la situación competitiva» (supondría subir demasiado el precio) que se sumaría a la volatilidad del mercado; por ello, en caso de aplicarse, el coche se vendería a pérdidas.
En cuanto a la posibilidad de cambiar el lugar de producción (actualmente se fabrica en la planta que Volkswagen Automotive Company —anteriormente JAC Volkswagen Automotive— tiene en Anhui China), confirmó que no se trata de una opción viable, puesto que ya se ha llevado a cabo una importante inversión para producir en dicho emplazamiento y no es posible aportar más recursos para trasladarlo.
Por ello, el empresario pone su confianza en lograr que la Comisión Europea revise su decisión en base a la circunstancia concreta de este modelo, que no se adapta a lo que se pretende gravar, ya que es «un coche muy europeo», que no es de precio bajo, y que se produce en una fábrica propiedad de una empresa europea. Además, es vital para que la firma logre llegar a los objetivos de emisiones, y, sin él, se tendrían que plantear disminuir la producción de térmicos para evitar multas.
En cuanto a la estrategia para desarrollarse en Estados Unidos, el CEO explicó que estaba enfocada en eléctricos principalmente, «pero ahora debemos ser flexibles por la incertidumbre política». En cualquier caso, necesitarían entrar con un modelo producido allí y de un tamaño más grande que el Terramar.