El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha lanzado un mensaje de advertencia a las administraciones españolas, desde el Gobierno central hasta los autonómicos y los ayuntamientos, sobre la manera en la que están acompañando a la industria de automoción en la transformación hacia la electrificación y la conectividad, porque, a su juicio, «hay que pasar de las grandes frases para bajar y encontrar la solución a los problemas reales del proceso de cambio tecnológico».
En la apertura de las jornadas de UGT FICA sobre la transformación del sector automovilístico, celebradas entre hoy y mañana en Valencia, el líder sindical se ha mostrado muy alineado con las posiciones defendidas por las patronales, especialmente las reiteradas por Anfac en su pasado foro anual, de que «no solo hay que decir que hay que ir a una transición justa y ordenada, sino que también hay que hacerlo», es decir, hay que pasar a la acción con medidas ambiciosas y, sobre todo, ajustadas a la idiosincrasia de la estructura productiva española.
«Hasta ahora las administraciones lo que habían hecho fundamentalmente era aprovechar las oportunidades que se iban abriendo», a razón de la fuerte relevancia de la automoción, con «más de dos millones de empleos directos e indirectos y entre un 8% y un 10% del PIB». No obstante, puntualizó que «en el momento actual de transformación», siendo «el octavo productor mundial sin tener ninguna multinacional propia», «requiere que pensemos que hay que hacer algo más si queremos seguir teniendo el mismo peso, los puestos de trabajo y la producción, porque no va a ser fácil».
«El Perte no es suficiente»
Álvarez expuso que ahora «estamos en una fase en la que estamos viendo mucha preocupación sobre cómo abordar el cambio tecnológico», y que en este contexto «hay que reconocer lo que el presidente del Gobierno ha hecho con gran trascendencia con los fondos Next Generation», poniendo como ejemplo paradigmático los Perte VEC. «Son un gran instrumento, pero con eso no es suficiente», sentenció.
En opinión del sindicalista, «la transición justa y ordenada» debería abordarse «desde la perspectiva del país que somos y nuestros intereses», con el fin de que no haya impactos negativos importantes, algo que «en empleo no es tan fácil, porque fabricar un eléctrico requiere de menos mano de obra».
Con este enfoque, expuso que «vamos a ver cómo queda en la UE el proceso de acabar con los vehículos de combustión» en 2035. Asimismo, subrayó que «hay veces que cuesta entender cómo desde un país como el nuestro se plantean unos objetivos que a simple vista no son fáciles y algunos imposibles», en referencia a la ambición con la electrificación, donde España ocupa una posición muy retrasada con ventas de electrificados «de solo el 10% frente a más del 20% de media en Europa».
En este ámbito, señaló que «la situación de los puntos de carga está lejos de poder dar satisfacción al proyecto de electrificación», dentro de lo cual criticó que los ciudadanos no puedan pagar con tarjeta bancaria en cualquier estación y se tengan que descargar una app. «Por qué las eléctricas tienen que aprovechar para quedarse con mis datos», se preguntó.