Durante el primer trimestre del año fiscal japonés, desde el mes de abril hasta junio, Mazda alcanzó un beneficio neto positivo de 37.242 millones de yenes (237,16 millones de euros), un 148,3% de crecimiento frente a los 14.997 millones de yenes (108,7 millones de euros) recaudados en el mismo periodo de 2022.
En cuanto al resultado operativo, se quedó en los 30.025 millones de yenes (191,35 millones de euros), mientras el EBIT fue de 63.200 millones de yenes (402,58 millones de euros, +211.3% interanual).
Estas cifras se relacionan con el aumento de las comercializaciones, que alcanzaron las 309.000 unidades, un 32,4% por encima de las 233.000 del ejercicio pasado. Para ello, la empresa se vio obligada a llevar a cabo medidas a raíz de la caída de la distribución en China y ASEAN (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental); con 20.000 (-17%) y 19.000 (-24%) entregas respectivamente. A su vez, la producción global se alzó en un 36%, hasta los 284.000 vehículos fabricados.
Así, la compañía logró una facturación de 1.091.000 millones de yenes (6.949,94 millones de euros) y un margen del 5,79% sobre el EBIT.
Mazda prevé un 9% más de beneficio neto en 2024
Según calcula Mazda, durante la totalidad de su año fiscal 2024 se alcanzará un beneficio neto de 130.000 millones de yenes (8.286,37 millones de euros) lo que superaría en un 9% el resultado obtenido en 2023.
En cuanto al resultado operativo, se elevará a los 180.000 millones de yenes (+26,8%; 11.047,4 millones de euros) y la facturación a 4.500.000 millones de yenes (+17,6%; 286.956 millones de euros).
