Acometer una unión como la que pretendían Cetraa y Conepa, las dos asociaciones que agrupan a los talleres españoles, no es una tarea sencilla, más cuando no es la primera ni la segunda vez que lo intentan y cuando la segunda es una escisión de la primera. Esta parecía la ocasión en la que más empeño habían puesto las partes para lograrlo, con firma de una hoja de ruta ante la prensa incluida (el pasado 15 de febrero). Sin embargo, la salida de Ana Ávila de la secretaria general de Cetraa y la búsqueda de alguien que le sustituya han detenido estas conversaciones sin fecha de reinicio.
El problema subyacente es una falta de confianza entre las partes cuando todo debería fluir como se había visto en los primeros encuentros o, ampliando el análisis, los últimos años entre dos presidentes —Enrique Fontán, por parte de Cetraa, y Ramón Marcos, por Conepa— que habían evidenciado una buena relación con la puesta en marcha de diversos proyectos comunes.
De hecho, la nueva agrupación resultante ya tenía nombre, Unitaller, y todo apuntaba a que Ana Ávila, hasta el 27 de abril secretaria general de Cetraa, ocuparía el mismo rango (o las mismas atribuciones a la espera de denominar dicha posición) en la nueva entidad.
Movimiento de Asetra no entendido en Cetraa
Sin embargo, un movimiento por parte de Asetra, asociación madrileña sobre la que se asienta Conepa, puso en jaque el futuro de la unión. Le ofreció a Ávila la dirección de relaciones instituciones en sustitución de Nuria Álvarez, también jefa de prensa, que se jubila al inicio de otoño, una oferta que se habría hecho como parte del proceso de unificación pues se consideró que, con la entidad capitalina como parte de Unitaller, podría realizar dichas tareas.
No fue esto bien recibido por parte de Cetraa y la destituyó el pasado 27 de abril, cuando era una de las personas que se sentaban a negociar, y fue sustituida por Luis Ursúa, hasta entonces vicepresidente segundo, de forma interina a la espera de encontrar a alguien que asuma la secretaria general, un puesto que desaparecerá en cuanto se ponga en marcha la nueva agrupación, en caso de que se reinicien los encuentros.
Por el momento, Cetraa ha solicitado una pausa en el diálogo y se desconoce cuándo se retomará. Lo que sí parece improbable es que las conversaciones finalicen antes de fin de año, tal y como estaba previsto, para que la nueva sociedad comience a andar con la llegada del 2024.
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