El presidente de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), Francisco J. Riberas, ha defendido que es prioritario en el contexto actual de incremento de “entre un 10% y un 15%” de los costes, por las fuertes subidas de la energía y las materias primas, que se busque “un nuevo equilibrio” en las relaciones entre los fabricantes de vehículos y de componentes para que estos últimos puedan ver revisadas sus condiciones contractuales para poder hacer frente a la difícil coyuntura.
En una entrevista con La Tribuna de Automoción, el directivo reclamó a las marcas “un poco de sentido común” y que les permitan repercutir en cierta medida en sus tarifas el encarecimiento que están experimentando en la producción, como ellas han hecho con sus clientes. “Han tenido márgenes positivos vendiendo menos vehículos, de hecho, han puesto los chips en los modelos con mayor rentabilidad y han eliminado los descuentos a los consumidores subiendo los precios. Pero nosotros, que estamos en el nivel anterior de la cadena, no hemos tenido la oportunidad de hacer ese incremento, a pesar de que sí hemos sufrido la subida de algunas cosas. Eso puede provocar una ruptura y, si eso ocurre, a ellos les va a costar mucho más”, sentenció.
Con este escenario de por medio, Riberas explicó que “en Europa se está hablando de definir una especie de código de conducta, donde haya planteamientos a largo plazo y que funcionen”. A su juicio, debería dejarse a un lado toda aquella práctica en la que un constructor de coches “utilice una situación de fuerza temporal para obtener una ventaja a corto plazo, bajo la amenaza de irse a otro proveedor”. “Nosotros tenemos inversiones muy fuertes, dependemos mucho de que haya volumen… Decirle que no a alguien es difícil porque a corto plazo mueres, pero, si no lo haces, a lo mejor estás acabado dentro de dos años. Creo que todos podemos ayudar”, enfatizó.
Al contrario de este tipo de estrategias, el también presidente ejecutivo de Gestamp ensalzó aquellas “de partenariado, que te permiten compartir I+D, confianza” y en las que sí sería lícito buscar con el suministrador de piezas “la mejor calidad prolongada en el tiempo”.
Estrategia frente a la crisis
Con el complejo entorno actual, al que se ha sumado a la pandemia y la escasez de semiconductores la invasión de Ucrania por Rusia, Riberas sostiene que “hay que reaccionar con rapidez, porque un mes o dos pueden ser claves”, para evitar que se destruya capacidad industrial, que en el futuro “sería difícil que se reponga”. En estos momentos, alerta de que con “los bajos volúmenes productivos y con la inflación y las materias primas disparadas se genera un problema de capital circulante” para las compañías de su sector.
En este sentido, plantea que sería muy interesante que hubiera “alguna línea para que la gente pueda llegar, que diera facilidades para financiar el capital de riesgo”. Precisamente esta medida es una de las que Sernauto ha remitido al Ministerio de Industria para que se tenga en consideración por parte del Gobierno en el nuevo plan de choque que va a desplegar el 29 de marzo en respuesta a la guerra. Además, la patronal, como apuntó en la entrevista su director general, José Portilla, ha hecho peticiones relacionadas con energía, “ya que no solo las empresas electrointensivas tienen un problema de recursos”, y con los ERTE.
Respecto al sobrecoste energético, el presidente de los proveedores aseveró que supone “un problema de competitividad” para la industria de automoción para que, por ejemplo, las marcas convenzan a sus matrices de que España es un país rentable para producir. Además, existe “otra desventaja” y es que “hay que mover los coches al extranjero y los precios del transporte suben“. “Habría que lanzar un mensaje de que España va a tratar de solucionarlo para mantener la competitividad. Y esto va a tener que ver también con un equilibrio en salarios. Hay empresas cuyos trabajadores necesitan recuperarse de la inflación, pero no se pueden permitir subir sueldos porque los márgenes no dan. Esos equilibrios a largo plazo nos preocupan”, apostilló.
Reordenación de la cadena de valor global
Otro tema que abordó el directivo fue el debate sobre la revisión del modelo de globalización que se ha puesto encima de la mesa a raíz del coronavirus. En su opinión, “toca realizar cambios y hay que pasar a un sistema sensato“, en el que “cuando hablemos de costes marginales tratemos de localizar una parte; en vez de hacer just in time tengamos reservas estratégicas; que busquemos un equilibrio y, donde tengan sentido, alianzas por encima de problemas geopolíticos”.
En el análisis actual que está haciendo Europa sobre la denominada “autonomía estratégica”, a su juicio “uno de los más importantes de su historia”, es clave “ver qué cosas no podemos permitirnos el lujo de comprar en el exterior por un euro marginal”. Asimismo, propugna que es fundamental en el proceso de toma de decisiones sobre qué actividad localizar “cómo se utilice el argumento de sostenibilidad para incorporar la huella de carbono en el coste total del producto“.
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