La Tribuna de Automoción
Portada » Noticias » Renault suspende su actividad en Rusia y estudiará qué hacer con su participación en Avtovaz
FábricasGeneralInternacional

Renault suspende su actividad en Rusia y estudiará qué hacer con su participación en Avtovaz

La francesa es la última de la lista de compañías automovilísticas que han decidido pausar su actividad industrial en el país dirigido por Putin. La decisión llega tras semanas en las que ha recibido muchas críticas por no tomar esta decisión, intensificadas tras anunciar que reactivaba la producción en su planta de Moscú.

Renault suspende su actividad en Rusia y estudiará qué hacer con su participación en Avtovaz
La fábrica de Moscú paró su actividad, pero su reanudación este lunes generó controversia.

Mediante un escueto comunicado, el Grupo Renault anunció la suspensión de su actividad industrial en Rusia, haciendo hincapié en el paro total de la fábrica propia que tiene en Moscú. La corporación es la última de las principales marcas de vehículos en dar el paso, algo que le ha convertido en el blanco de las críticas, sobre todo después de que esa planta de la capital reanudase el trabajo este mismo lunes.

Además, afirmó que valorará las diferentes opciones posibles respecto a su participación accionarial en Avtovaz, aunque puntualizando que lo hará “teniendo en cuenta el entorno existente y actuando con responsabilidad respecto a sus 45.000 empleados en Rusia”. La multinacional del rombo posee un 69% de dicha empresa, propietaria de la enseña más vendida del país, Lada. A esto se le suma que el otro socio mayoritario es el conglomerado de defensa Rostec State Corp., liderado por Sergey Chemezov, un aliado cercano a Putin al que Occidente ha impuesto sanciones.

Junto a la de Moscú, la alianza con Avtovaz —que tiene factorías en Togliatti, Izhevsk y Argún— ampliaba los centros productivos de Renault a cuatro. Asimismo, la nación que ha iniciado la invasión de Ucrania conforma el segundo mercado en volumen de negocio para la compañía francesa, donde generaba en torno a un 8% de sus ingresos, según Citibank, lo que la comprometía económicamente.

Cambio en las previsiones de 2022

El comunicado de la marca quiso puntualizar que hasta el momento “ya había aplicado las medidas necesarias para cumplir con las sanciones internacionales”, y que dar este paso supone ajustar sus objetivos para el actual ejercicio económico de 2022. En consecuencia, de un margen operativo que esperaban por encima del 4% ahora proyectan alrededor de un 3%, y el free cash flow pasa de una estimación por encima de los 1.000 millones de euros a una previsión de acabar, al menos, en positivo.

Adicionalmente, reconoció que en la cuenta de resultados de la primera mitad de este año podría registrar un cargo de ajuste no monetario por el valor contable de su negocio en Rusia, incluyendo activos intangibles, propiedades, equipamiento, etc. La cifra, a 31 de diciembre de 2021, ascendía a 2.195 millones de euros.

Reacción al boicot

Este cambio de opinión de Renault llega después de que en las últimas jornadas se intensificaran las críticas. Desde el inicio del conflicto, ha sido una de las corporaciones más señaladas por su alta presencia en el país y por su supuesta tibieza en la condena a las decisiones de Putin. Esto, unido a su elevada exposición en este mercado, hizo que el valor de sus acciones cayera en más de un 25%.

Sin embargo, el anuncio de que reabría su planta en Moscú terminó de complicar la situación. Horas antes de la publicación de su nota de prensa, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se dirigió a la Asamblea Nacional de Francia para pedir que sus empresas abandonaran Rusia y dejaran de apoyar esa “maquinaria de guerra”. Su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, fue más allá al señalar al fabricante de automóviles de forma directa, llamando a un boicot mundial en su contra. No ha sido el único, pues el político británico Chris Bryant hizo lo propio en su país.

Se trata del último revés para Renault, que lleva años afrontando una crisis económica después del arresto de Carlos Ghosn en 2018 en Japón por las operaciones de Nissan, cuando era su CEO. Tras sufrir un gran bajón en el mercado bursátil debido al escándalo, actualmente comenzaba a dar pasos hacia la recuperación, de la mano de Luca de Meo, después de notificar unos beneficios netos el pasado 2021 de 967 millones de euros, por las pérdidas de 8.046 millones del curso previo (+9.013%).

Comparte tu opinión

* Acepto la política de protección de datos.
Los comentarios deben ser aprobados antes de publicarse.