La tecnología y el progreso nunca se detienen. Podría parecer una obviedad, si no fuese por los inacabables meses de una pandemia que aún continúa y que ha lastrado a multitud de sectores —algo que, en el de la automoción, hay que sumar a la pertinaz crisis de los chips—. La mayor demostración de que los avances no tienen freno ha sido la celebración del CES de Las Vegas a inicios de este 2022. Y es que, si bien a causa del impacto de la variante omicrón tuvieron que recortar su duración —cancelaron el último día— y algunos de los grandes ponentes se cayeron de la convocatoria, la feria ha dejado sobre el escenario algunos modelos más que plausibles para los próximos años, e innovaciones con intención de instalarse en los vehículos en el muy corto plazo.
Por ejemplo, pese a cancelar la mayor parte de su presencia en el evento, fabricantes como BMW y General Motors no solo expusieron, sino que han sido de los más destacados, con siluetas que podrán empezarse a ver en las carreteras en meses.
Con un aura de vehículo eléctrico que inundaba cada pabellón, los constructores y proveedores convocados no han decepcionado: de los módulos robóticos de…
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