La directora general de Planificación e Infraestructuras de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Lola Ortiz Sánchez, ha apostado por la promoción del transporte ecológico y el rejuvenecimiento del parque de furgonetas de la capital. Así, el consistorio, dentro de la nueva ordenanza municipal Madrid 360, ha dotado de una línea de ayudas para el sector de mensajería de hasta 8.000 euros por la compra de un VE comercial, con lo que dicha renovación podría suponer un ahorro de hasta 1,5 millones de toneladas de emisiones de CO₂ a la atmósfera cada año.
Ortiz intervino esta mañana en el segundo Webinar «La movilidad sostenible desde otras ópticas: última milla y movilidad compartida», celebrado en el marco del VII Foro Nissan, que ha tenido lugar de forma telemática, coordinado por Francesc Corberó, director de comunicación de la marca, y en el que también estuvieron presentes la vicepresidenta de la Asociación de Autónomos (ATA), Celia Ferrero, y los directores de operaciones de la empresa de paquetería GLS, Juan Sandes, y la joint-venture de carsharing eléctrico Zity, Agustín Muñoa.
Celia Ferrero abogó por facilitar que los profesionales autónomos como colectivo, entre los que se incluyen repartidores, sean objetivo de políticas, ayudas y deducciones para dar solución a sus problemas y puedan acceder con más facilidades al vehículo eléctrico, «teniendo en cuenta sus capacidades económicas», ya que la gran mayoría todavía hace uso de coches con una antigüedad superior a los diez años.
Por parte del mundo del transporte de última milla, así como del carsharing, sus representantes están viendo que el panorama de la conducción se dirige hacia la constitución de un ecosistema de la movilidad que integra a distintos actores y en el que se debe dar paso a un marco de colaboración público-privado para dar estabilidad a los distintos operadores. En ese contexto, entra en la ecuación los usuarios, clientes tanto receptores de paquetes de mensajería como aquellos que comparten vehículo, que deben concienciarse de las medidas para reducir la huella de carbono. «No es una cuestión de cambiar el modelo, sino todo el ecosistema que lo rodea», explicó Juan Sandes.
El cambio del mercado de última milla
Uno de los puntos tratados en el Webinar ha sido el del reparto de última milla, con el sector del negocio online en auge antes la pandemia, representado por el director de operaciones de GLS, Juan Sandes, quien remarcó la importancia de escenarios alternativos para la entrega de paquetes, haciendo uso de paradas unificadas ubicadas en espacios públicos en los cuáles los repartidores puedan depositar varias entregas para ser recogidas, en lugar del clásico reparto a domicilio.
En un paso más allá, Sandes remarcó el término de «última yarda», ya que la nueva movilidad también empujará al uso de vehículos alternativos como los patinetes eléctricos, mucho más pequeños, para acceder a los cascos antiguos de las ciudades y a las zonas peatonales, y con menos capacidad de carga. En ese sentido abogó por «informar y formar» junto a los fabricantes para probar estos elementos de transporte para modernizar la flota de mensajería.
Favorecer el carsharing eléctrico
Por su parte, el director de operaciones de Zity, Agustín Muñoa, ha abogado por el uso del carsharing para reducir los datos de siniestralidad, promover la conducción en modo Eco, liberar espacios urbanos y reducir la congestión del tráfico en las grandes ciudades. Respecto a su compañía, ha expresado ser un negocio en alza, con más de 450.000 usuarios inscritos en su base de datos, operando tanto en Madrid (420.000 clientes) como en París (30.000), siendo su conductor medio hombre, de 38 años, y que lo usa tanto en diario como los fines de semana.
Para que se produzca un cambio y se favorezca el uso del carsharing, añade, citando el caso de Madrid, la ciudad debería crear un marco regulatorio favorable, extensible al área metropolitana, junto a la Comunidad, que promueva políticas relativas al aire y al uso compartido de vehículos, el acceso a los hubs de recarga, la creación de islas de aparcamiento para esta actividad y un modelo único de pago que permita la interoperabilidad entre operadores.
Preguntada por el desarrollo de la electrificación, Lola Ortiz expuso la posición del consistorio municipal tras la aprobación de la ordenanza Madrid 360, que incluirá en el futuro zonas reservadas para vehículos compartidos y el desarrollo de un sandbox en materia de innovación en la movilidad, para que las empresas puedan testar y presentar sus proyectos. Además, el Ayuntamiento dejará de prestar servicio con autobuses de gasoil a partir de 2023, cuando la flota de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) esté compuesta por vehículos eléctricos, de gas natural e híbridos, añadiendo que se encuentran trabajando para disponer de unidades con pila de combustible de hidrógeno.