Adrián Vega / Madrid
Los fabricantes de automóviles que superen los límites de emisiones de dióxido de carbono propuestos por el Parlamento Europeo para 2025 y 2030 —reducción del 20% y 45%, respectivamente, frente a las registradas de media en 2021— pagarán una prima al presupuesto de la Unión Europea que se destinará a mejorar la formación de los trabajadores del sector y así garantizar su reconversión a la electrificación. Los eurodiputados reconocen que «una transición justa y socialmente aceptable» hacia la movilidad sin emisiones requiere cambios en toda la cadena de valor del automóvil, especialmente la reasignación de trabajadores en las regiones y comunidades más afectadas por el cambio de paradigma.
El Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo (ENVI), además de votar a favor de los ya mencionados objetivos de reducción de dióxido de carbono, se comprometió a aumentar la penetración de los vehículos de bajas emisiones —aquellos que emiten menos de 50 gramos de CO2 por kilómetro—, para lo cual fijó una cuota de mercado mínima de ventas de automóviles y vehículos comerciales del 20% para 2025 y del 40% para 2030.
«El objetivo no es promover una tecnología sobre otra, sino garantizar que el transporte contribuya de forma equitativa para reducir las emisiones», explicó Miriam Dalli, la eurodiputada laborista de Malta que ha defendido el informe que cuestionó el nivel de ambición del Paquete de Movilidad Sostenible de la Comisión Europea. De hecho, en la misma votación se adoptó una enmienda que exigirá a la Bruselas la presentación de una propuesta para después de 2030 que mantenga la misma trayectoria de reducción de emisiones prevista para los próximos 12 años.
«Esta legislación supone un resultado pragmático que logra un equilibrio muy delicado entre todas las partes interesadas», recalcó Dalli, al tiempo que destacó que el objetivo de la misma es atraer la inversión y el empleo a la economía europea.
Los eurodiputados también aprobaron la implantación de un sistema de créditos bidireccional, con un bonus que relajará hasta en un 5% los objetivos de CO2 de aquellos fabricantes que cumplan con la cota de vehículos de bajas emisiones y un malus progresivo que endurecerá dichos límites un 2% a quienes incumplan en 2025 y un 5% para los constructores que no cumplan a partir de 2030.
La Eurocámara aún debe refrendar el informe Dalli durante la sesión plenaria que tendrá lugar entre el 1 y el 4 de octubre en Estrasburgo, antes de poderlo llevarlo a trílogo.