Pablo M. Ballesteros / Madrid
El Plan A de Calidad del Aire que ha planteado el Ayuntamiento de Madrid nace sobre una base equivocada, al emplear datos de 2013 y 2014 para tomar las decisiones, según han puesto de manifiesto el director general de Ganvam, Tomas Herrera, y el director del departamento jurídico de esta asociación de vendedores y talleres, Jaime Barea.
La principal crítica que hacen desde la entidad es que el gabinete de Manuela Carmena ha centrado su objetivo sobre el transporte de carretera —haciendo poco hincapié en aspectos como la climatización de los hogares o la industria—, cuando éste es responsable únicamente del 31% de las emisiones de gases de efecto invernadero y de un 51% de los NOx.
No obstante, ahí está una de las claves puesto que, según Barea, se ha empleado el inventario de emisiones de 2014, por lo que no se tiene en cuenta la entrada de la tecnología Euro 6, que empezó a ser obligatoria en septiembre de 2015. De ahí que Ganvam confíe en que el Plan A de Calidad del Aire todavía se puede modificar ya que ha habido un periodo de consultas y ahora el consistorio tiene que analizar las propuestas.
A juicio de los representantes de la Asociación, la principal medida que reduciría las emisiones contaminantes es la renovación del parque automovilístico, puesto que un coche actual es mucho más limpio que uno antiguo. En esta línea, piden que «pague más el que más contamina».
Por otro lado, a su juicio, debería desincentivarse, pero no prohibirse, algunos usos menos adecuados del coche privado como, por ejemplo, ir de dos puntos diferentes de la periferia, pasando por el centro de la ciudad.
Además, son partidarios de que no se amplie el conocido como área de prioridad residencial, dentro del objetivo de establecer una zona cero emisiones en el centro de la ciudad. También consideran que los aparcamientos disuasorios que prevé crear el Ayuntamiento son insuficientes, teniendo en cuenta que cada día Madrid acoge a un millón de personas de la periferia que se desplazan a la capital, principalmente por motivos de trabajo.
Además, Ganvam denuncia que, detrás del plan anticontaminación, lo que se esconde realmente es un intento para cambiar el modelo de ciudad. Un esquema municipal que «ponen en duda que sea el que quieren los ciudadanos».
