Pablo M. Ballesteros / Madrid
El Comité de Empresa de Nissan Ávila ha convocado una huelga para el lunes 25 y el martes 26 de julio y el jueves 25 de agosto, después de no llegar a un acuerdo con la dirección de la fábrica en la reunión que ha tenido lugar hoy en el Servicio Regional de Relaciones Laborales de la Junta de Castilla y León (Serla).
El principal punto de fricción es que Nissan no garantiza el empleo para 2017, que es la principal pretensión de los sindicatos. Además, el Comité de Empresa pide una subida salarial de un 1% (las pretensiones iniciales eran de un 2%), mientras que la dirección ofrece un 0,7% (inicialmente 0,5%). Por otro lado, la compañía ha puesto sobre la mesa siete prejubilaciones, pero desde los sindicatos también han pedido que se prejubilen a 12 trabajadores más a lo largo de este año.
Tampoco hay acuerdo en el salario extra que recibirían los trabajadores que se desplacen a Barcelona —en principio serían 10 operarios—. Mientras que la dirección ha propuesto 2.000 euros, la representación laboral pide 2.500 euros.
El Comité de Empresa también denuncia que Nissan ha pedido paz social para hacer indefinidos a los nueve trabajadores que se han reincorporado de manera temporal y que salieron de la fábrica en 2010 y para cumplir con las otras condiciones que han ofrecen. Los sindicalistas recuerdan que no se puede garantizar que no haya movilizaciones durante un año y medio, porque depende de los acontecimientos que sucedan.
Donde si hay un acuerdo es en que en caso de que no haya más carga de trabajo, se restituyan sólo las condiciones del convenio anterior para el año 2016. Sin embargo, la parte social pide que esa devolución de derechos, que se habían cedido, se ejecute siempre que no llegue la actividad. Nissan señala que si se anuncia la nueva adjudicación ya baste para no restituir las anteriores condiciones.
No obstante, según fuentes sindicales las posiciones no están tan lejos y queda margen para desconvocar los paros.
