Pablo M. Ballesteros / Ignacio Anasagasti / Madrid
Los sindicatos y la dirección de Nissan han retomado el diálogo con la mediación de la Generalitat para alcanzar un “acuerdo urgente”, después de que hoy se haya puesto sobre la mesa la posibilidad de fabricar en Barcelona a partir de mediados de 2014 “un turismo del segmento C”.
En declaraciones en exclusiva a La Tribuna de Automoción, el consejero director general de Nissan Motor Ibérica, Frank Torres, ha informado de que debido a que la fábrica de Sunderland va a recibir en 2015 la producción de un compacto de la marca Infiniti y a sus limitaciones de capacidad, “Nissan ha decidido reubicar un turismo del segmento C, de esa planta a otro centro productivo”.
Según Torres, la factoría de la Zona Franca “no es suficientemente competitiva al no haber cerrado el acuerdo de competitividad, por lo que no podremos optar a ese vehículo”. Sin embargo, “como máximo responsable de Nissan España, no puedo aceptar esa situación de que el coche se produzca en otra planta y quiero que pueda venir a Barcelona”, frente a los competidores, que son todas las fábricas de la Alianza Renault-Nissan en Europa.
Para ello, ha pedido a los sindicatos “retomar el diálogo” y poder llegar a un acuerdo de competitividad que “nos permita ser candidatos”. Gracias a este turismo del segmento C, del que se ensamblarían 80.000 unidades en España, se movilizaría “una inversión de alrededor de 130 millones de euros y se crearían alrededor de 4.000 empleos en el sector de la automoción, 1.000 en Nissan y 3.000 en proveedores”. Igualmente, se eliminaría el impacto negativo en empleo que se producirá cuando los vehículos actuales finalicen su ciclo de vida en el 2014.
El máximo responsable a nivel industrial de Nissan en España exhortó a los sindicatos a alcanzar un acuerdo para lanzar a Japón un mensaje “urgente y claro”, ya que ahora “existe una oportunidad concreta encima de la mesa”. “Hay que demostrar que tenemos competitividad y que nos adjudiquen el modelo”.
Torres reafirma la necesidad de llegar a un pacto rápidamente. “No tenemos más tiempo” y “es una gran oportunidad; situaría a la planta por encima de 200.000 coches y eso hace unos años era impensable. Tenemos una oportunidad y depende de nosotros”.
En caso de que no se alcance un acuerdo, “no va a haber ninguna nueva oportunidad y vamos a ir muriendo lentamente a medida que vayan a acabando nuestros nuevos productos”.
Principal punto de tensión
A pesar de que trabajadores y dirección han alcanzado un acuerdo en el “95% de los puntos”, falta el que Nissan considera principal: “Resolver el problema estructural que hoy en día tenemos de salarios que hace que Nissan no se pueda plantear la generación de nuevos empleos permanentes”.
Torres avisa de que fijar el salario en 25.500 euros –“está relacionado con la media del sector”– para los nuevos trabajadores no es un capricho, porque “es el que nos da la competitividad necesaria para poder acceder a nuevos modelos”. Sin embargo, se mostró dispuesto a garantizar que los antiguos operarios no serán sustituidos por los nuevos con menor salario.
Respecto a la situación en la que se encuentran las negociaciones, ha señalado que “en los últimos seis meses hemos movido todos los puntos que podíamos mover y de hecho hemos hecho grandes concesiones”, por lo que “en este momento, no tenemos margen de movernos”. No obstante, también reconoce que “ambas partes hemos ido avanzando y hemos ido cediendo y haciendo grandes concesiones”.
Producción de motores en Barcelona
La búsqueda de mayor competitividad en la planta de Barcelona no sólo está centrada en la reducción de costes laborales –bien bajando el nivel salarial o incrementando el número de horas de trabajo-, sino también en otras dos “estrategias”, que tienen incluso mayor peso, que se refieren a los proveedores y a la localización y logística.
En materia de suministro de piezas, Nissan España está tratando de “conseguir un nivel de localización de proveedores muy cercanos a la planta, por encima del 90%”. “Lo podemos hacer porque tenemos una buena red”, sentencia Torres.
El directivo, además, apunta que se está intentando “que los motores que vayan montados en los nuevos modelos también se puedan fabricar en Barcelona”.
Con los productos ya adjudicados a la factoría de Zona Franca, la filial española se comprometió con Japón a una reducción del coste total de producción del 41% en 2013. Actualmente, se ha logrado un recorte de un “30-35%”. El objetivo para el año que viene no es suficiente para optar al nuevo turismo, porque este tipo de vehículos son “más demandantes en cuanto a coste”. De ahí, que se haya vuelto a presentar un paquete con medidas de competitividad.
En caso de que se alcance un pacto con los sindicatos, las medidas acordadas, entre ellas algunas sociales –“se están concretando”-, entrarían en vigor en diferentes fechas. “En función del tipo de medida estamos estableciendo un calendario de entrada”, explica Torres, quien matiza, no obstante, que “lo principal se aplicará a partir de 2014 con la llegada de los nuevos modelos”.