Pablo M. Ballesteros / Madrid
El director de ventas de Saab, Francisco Castañeda, y su homólogo de posventa y homologaciones, Ramón Cano, su han reunido con La Tribuna de Automoción y han hecho balance del año 2010. En este curso lo primero que se puede apreciar es un gran contraste entre las dos áreas.
Mientras que Castañeda señalaba que Saab iba a terminar el año por debajo de las previsiones fijadas al inicio del ejercicio, víctima del incremento del IVA y del fin del Plan 2000E, Cano indicó que el 2010 ha ido bien el área de posventa como consecuencia de que el cliente de Saab es muy fiel.
De cara a 2011, el director de ventas apostó por un ejercicio en el que habría una “desconfianza muy grande”, que se iba a traducir en un arranque de año complicado, que mejoraría hacia la mitad del curso.
Entre las novedades para el próximo año, destaca el SUV 9-4X que arribará en agosto, que Saab presentó en el pasado Salón de los Ángeles y que constituye el primer vehículo de este segmento que lanza la marca nacida en 1947. Los otros lanzamientos que llegarán en 2011 son un nuevo 9-3, en septiembre un 9-5 Wagon.
De vuelta a 2010 y al buen resultado del área de posventa; Cano subrayó que durante los primeros cinco años, después de la compra de un vehículo de la firma nórdica, el 80% de los clientes sigue llevando su automóvil al concesionario oficial de Saab. En este sentido el director de posventa señaló que están “satisfechos por el trabajo hecho, pero que aún queda mucho por hacer”.
Para mantener la fidelidad de sus usuarios, Cano sentenció que Saab lo que busca no es atraer nuevos demandantes sino dar el mejor servicio a los clientes que ya tienen, con lo que aprovechan una supuesta debilidad, como es la de tener un nicho de mercado más bajo, y la convierten en una fortaleza.