El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa insistiendo en que impondrá un arancel del 25% a los vehículos pesados y sus partes. En un principio, el mandatario había anunciado que estos entrarían en vigor el pasado 1 de octubre, no obstante ahora ha señalado que iniciarán el 1 de noviembre.
El anuncio de Trump está vinculado a una investigación iniciada en abril por el Departamento de Comercio del país americano sobre las importaciones de camiones pesados. Dicho estudio, realizado al amparo del Artículo 232 de la Ley de Expansión Comercial, permite los impuestos a la importación de bienes considerados críticos para la seguridad nacional.
Según el presidente, esta medida ayudará a proteger a sus «grandes fabricantes de camiones pesados de la competencia externa desleal». Por el momento, se desconocen más detalles sobre estos, y si afectarán a aquellos países que hubieran llegado a acuerdos sobre las tasas a los livianos, como es el caso de la Unión Europea.
Tras la noticia, las acciones de las compañías subieron. La que más Ford, la cual cerró con un alza del 3,7%. Esta fue seguida por Stellantis, matriz de Chrysler, la cual subió un 3,2%; y General Motors, que cerró con un incremento del 1,3%.
Enfado entre los tres de Detroit
No obstante, esta propuesta está provocando resquemores entre los principales fabricantes del país americano. A principios de mes, Stellantis presionó al Gobierno para que suavice el nuevo arancel del 25% a los vehículos pesados, el cual podría afectar a las camionetas Ram de servicio mediano que la compañía produce en México.
Mientras tanto, General Motors y Ford han instado a los funcionarios del Gobierno de Trump a desestimar la solicitud, según fuentes de Bloomberg. La marca del óvalo argumentó que proteger al consorcio de las tarifas para camiones medianos le otorgaría una ventaja en costos sobre los ensamblados en EEUU que contienen piezas importadas ya sujetas impuestos.
Por su parte, GM indicó a los funcionarios de la administración que si Stellantis obtiene alivio en esta tasa, otros fabricantes querrán exenciones, y el de camionetas Chevrolet y GMC debería obtener una en sus otros modelos ensamblados en México.
Alivio arancelario
Mientras tanto, Trump está planteándose un alivio arancelario significativo para la producción automotriz estadounidense. Este podría eliminar gran parte de los gastos que pagan las principales compañías, según informó a Reuters el senador republicano Bernie Moreno y funcionarios del sector automotor.
Con esta medida, el Gobierno quiere incentivar la realización de vehículos en el país. «El mensaje para las empresas automovilísticas de todo el mundo es: si realizan el montaje final en EEUU, les recompensaremos», indicó Moreno en una entrevista.
La ampliación de la exención arancelaria, si se confirma, daría a los fabricantes más incentivos para trasladar la producción de automóviles al país americano, lo que cumpliría una política clave de Trump destinada a crear más puestos de trabajo para los estadounidenses.

