La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado que el diálogo con la industria de la automoción que anunció en noviembre de 2024 para buscar soluciones concretas que garanticen un futuro sostenible y competitivo para el sector se iniciará el próximo 30 de enero.
El evento contará con la participación de representantes de la industria (fabricantes y proveedores), socios sociales, organizaciones de la sociedad civil y otros actores clave, que tratarán diversos temas entre los que destacan la innovación y transición limpia, el modo de mantener la posición global de la industria europea frente a la competencia internacional, las relaciones comerciales (con el fin de garantizar un terreno de juego nivelado en acuerdos comerciales) o la optimización regulatoria, de manera que se simplifiquen los procesos y se acelere la transición mientras se ofrece apoyo a las empresas.
Además, grupos de trabajo temáticos presentarán propuestas detalladas, y se llevarán a cabo consultas más amplias para recoger aportaciones de toda la cadena de valor automotriz. Asimismo, el comisario Apostolos Tzitzikostas ha sido designado para desarrollar un plan de acción basado en estas discusiones.
El diálogo estará presidido por Von der Leyen y contará con la implicación del Parlamento Europeo y el Consejo en todas las etapas del proceso. Se espera que las reuniones regulares y las propuestas derivadas de estas discusiones permitan diseñar un plan ambicioso que mantenga el liderazgo europeo en el sector.
Un paso decisivo para el futuro
De acuerdo con el organismo europeo, el Diálogo Estratégico será una oportunidad única para que el Viejo Continente reafirme su posición como líder en innovación y sostenibilidad dentro del sector automotriz. Del mismo modo, la Comisión Europea reitera su compromiso para trabajar con todos los interesados para asegurar que esta industria, fundamental para el empleo y el crecimiento económico, continúe prosperando en un entorno global cada vez más exigente.
Y es que el sector emplea a más de 13 millones de personas en el continente y aporta alrededor del 7% de su PIB. Sin embargo, la digitalización, la transición hacia tecnologías limpias, la creciente competencia global y los cambios geopolíticos están poniendo a prueba la capacidad de adaptación de los fabricantes europeos.