El fin de semana antes de la segunda reunión entre Volkswagen y el sindicato alemán IG Metall, se han conocido una serie de medidas de disminución de gastos que la compañía tetuona contempla para su marca principal en Alemania. Entre las que se encuentra una reducción global del salario del 10% y una congelación de la retribución durante dos años, según fuentes de Handelsblatt recogidas por Reuters.
Por otro lado, este lunes, el comité de empresa ha informado a los empleados que la empresa tiene planeado cerrar tres fábricas, despedir a miles de trabajadores y disminuir permanentemente sus plantas restantes en el país centroeuropeo, ya que la marca está planeando una revisión más profunda de lo esperado.
La jefa del comité de empresa, Daniela Cavallo, ha declarado esta mañana que esta propuesta que «la dirección habla muy en serio. No se trata de un farol en la ronda de negociaciones». Por su parte, el negociador jefe del IG Metall, Thorsten Gröger, ha destacado que «si Volkswagen confirma el miércoles su camino distópico, el Consejo de Administración debe esperar las correspondientes consecuencias por nuestra parte».
Además de estos recortes, se incluyen otras medidas como limitar las primas de los empleados de alto nivel o reducir los pagos adicionales por aniversarios. El fabricante de automóviles se encuentra bajo una presión cada vez mayor para disminuir 4.000 millones de euros en gastos en medio de un clima económico complicado. Por su parte, los trabajadores han criticado a la dirección por no presentar una estrategia clara para el futuro, a pesar de las promesas de que se está preparando un nuevo plan.
Segunda ronda de negociaciones
El próximo 30 de octubre tendrá lugar la segunda ronda de negociaciones entre el Grupo Volkswagen y el sindicato alemán IG Metall para evitar la eliminación de varios convenios colectivos de la marca principal, entre los que se incluye uno que impedía los despidos hasta 2029, y los cierres de plantas.
Gröger señaló en un comunicado que «mientras esta amenaza no desaparezca de la mesa , la confianza seguirá dañada». Asimismo, indicó que ya había pasado suficiente tiempo tras la anterior reunión para que el Consejo de Administración de la compañía «haga sus deberes».
También declaró que en el anterior encuentro más de 3.000 empleados demostraron que están dispuestos a luchar, y, por ello, esperan que «la empresa presente por fin una estrategia base para la próxima década que garantice el empleo y la utilización de la capacidad en las plantas. Volkswagen debe cumplir con su responsabilidad hacia sus empleados».
Un entendimiento común
No obstante, tras esta noticia, no se espera que el plan de la empresa vaya a cambiar. El pasado 17 de octubre, los trabajadores acusaron al fabricante de no presentar una visión para el futuro pese a las garantías de la compañía de que está en marcha una nueva estrategia. Asimismo, Cavallo, afirmó en una entrevista que las conversaciones, que se celebran semanalmente, fueron pésimas en un principio y ahora son «serias, críticas y controvertidas».
Además, Cavallo indicó que «todavía no estamos en un modo que pueda llamarse negociación. Se trata, ante todo, de números, datos, hechos y de encontrar un entendimiento común de los temas». Por su parte, un portavoz de VW declaró en un comunicado recogido por Reuters que las negociaciones son confidenciales y que la empresa no prevé ningún resultado. También destacó que «es necesario reducir considerablemente los gastos».
Una estrategia a finales de año
Según la agencia de noticia inglesa, en una lista de respuestas y preguntas de los trabajadores sobre la situación actual de la empresa publicada por la dirección en la intranet del personal, la compañía señaló que destaba desarrollando un plan que se presentaría internamente a finales de año. Esta incorporaría factores que la dirección considera críticos para su éxito, desde el uso de la IA a la estrategia de producto o la cualificación de la plantilla.
Por otro lado, el jefe adjunto del comité de empresa, Juergen Mahnkopf, afirmó que los sindicatos paralizarían a la entidad si ésta tomara una decisión unilateral de cerrar plantas contra su voluntad, amenazando con una «resistencia masiva en todos los frentes y a todos los niveles». Estas tensiones en el gigante automovilístico son elevadas. Dado que el riesgo de cierre de fábricas, que sería el primero para la empresa en Alemania, la sitúa en rumbo a una colisión con los representantes de los trabajadores.