El coste de instalar un cargador y el precio de la luz son dos de los factores más relevantes a la hora de inclinarse por un vehículo eléctrico en detrimento de uno térmico. Según la información publicada por el comparador irlandés Switcher.ie, España se encuentra en el puesto número 15 de 40 en cuanto a coste de la energía a nivel comunitario, con una factura media de 0,235 céntimos por kWh, un 9,07% más alto que la media de la UE (establecido en 0,215).
Por otro lado, lugares como Portugal (0,230) e, incluso, países de altas rentas como Luxemburgo (0,202) o Noruega (0,187), presumen de coste final considerablemente más bajo. Este punto está entre los motivos por los que hace una década, siete de cada 10 españoles confiaban en el VE como alternativa a la movilidad. Ahora, solo 18% estaría a favor, según subraya el «IV Informe sobre Movilidad Eléctrica 2024», realizado por OBS Business School. A ellos se suman el precio, la autonomía y la red de carga.
Vehículos eléctricos inaccesibles
Otro de los inconvenientes que viene arrastrando es la factura de compra. Y es que, según el mismo estudio, en Europa y Estados Unidos, son entre un 10% y un 50% más caros que los de combustión; sin embargo, en China…
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