En España, un total de 100.233 personas tienen problemas de movilidad, según los últimos datos publicados, en 2023, por el INE. De estas, 17.387 tiene una dificultad importante para conducir vehículos sin adaptaciones. Con estos números en mente, no es complicado imaginar la necesidad del público de contar con algún tipo de transporte que les permita moverse de un punto a otro.
Con la idea de «resolver los problemas» de movilidad de la gente nace Rehatrans, explica su CEO, Óscar Soriano. Actualmente, son líderes en el transporte para personas en silla de ruedas en España con el 55% de la cuota de mercado del sector.
La historia de la familia Soriano comienza en los años sesenta cuando Antonio Soriano, padre del actual directivo, se muda a Getafe, un municipio del sur de la Comunidad de Madrid, y abre un pequeño taller de barrio. Con el tiempo, se especializaron en carrocerías, algo que la crisis de 1993 se llevó por delante. De origen andaluz, este cordobés vio su primer coche adaptado en París (Francia) y volvió, de un viaje en 1996, con la idea de implementarlo en el país, explica Soriano hijo en una entrevista en las oficinas de la entidad.
Al principio, hubo mucho interés, sobre todo por parte de fundaciones como la ONCE. Sin embargo, durante la crisis de 2007 las ayudas desaparecieron y Rehatrans pasó por momentos complicados. No fue hasta el 2013 que comenzaron a crecer a un buen ritmo. «Ahora mismo somos 38 trabajadores, pero hasta hace nada éramos 30 y en un par de semanas se incorporan otras dos personas», ejemplifica el director de marketing de la empresa, Miguel Martín, en las instalaciones de la compañía.
Cómo se adapta una furgoneta
Para que las personas puedan tener acceso a este tipo de vehículos, tienen que pasar por el taller y para ello se necesitan unas 20 personas. El proceso es bastante mecánico, pero dependiendo del tipo de furgoneta que sea, se harán unas modificaciones u otras.
En el caso de las furgonetas de uso privado, taxis y VTC el espacio es reducido, por lo que se cortará la parte de atrás en una especie de rectángulo. Cuando caiga el sobrante, se hará un cajón donde colocarán la plataforma con su rampa. «La persona irá prácticamente a la misma altura que los demás pasajeros, por lo que sentirá que está integrado en la dinámica del vehículo», aclara el director de marketing.
En el caso de las furgonetas para el transporte de más pasajeros (como las residencias de día), el espacio es mucho mayor, por lo que no hay que crear ese cajón o hueco que permita introducir una silla. El fabricante, que está en Alemania, les proporciona un suelo técnico o smartfloor, que cuenta con raíles de aluminio. En ellos se anclan tanto los asientos como las sillas de ruedas. Además, como forma de permitir un mayor número de configuraciones, se podrán ir intercambiando a lo largo de las guías según necesidad.
Crecimiento en positivo
En cuanto a la empresa, los datos que arrojan son buenos y es que prevén acabar el 2024 con 800 pedidos, aclara Martín. Además, en 2023 cerraron con 700 pedidos de vehículos adaptados, lo que significó un incremento en el 35% respecto al año anterior y la mayor cifra de su historia. Trabajan en todo el territorio nacional y en el curso anterior entregaron al menos un coche adaptado en todas las provincias.
En cuanto a marcas, están asociadas a casi todas las que se comercializan en España, pero solo adaptan furgonetas, tanto de uso familiar, como para taxis, VTC y microbuses de uso profesional como las residencias de día, apuntan. En este sentido, Ford y Volkswagen suponen el 65% del total de los pedidos, seguidas por el grupo Stellantis, Mercedes-Benz, Renault, Toyota, Nissan y Man.
Un servicio necesario para la sociedad
El servicio que brindan es necesario para la sociedad, tal y como explican Nieves y José Luis, dos clientes de Rehatrans. «Es una libertad increíble para mi marido y para mí», afirma la mujer.
Actualmente, una adaptación está entre los 10.000 y 20.000 euros. Un desembolso importante, sobre todo si se tiene en cuenta que muchas veces se trata de una necesidad sobrevenida. «No es raro el caso de una familia que viene porque de repente necesitan una furgoneta porque algún miembro ha empezado a usar la silla. Como lo normal es tener un turismo, se ven abocados a malvenderlo y comprar el vehículo adaptado», aclara Soriano.
El matrimonio, que ha ido a hacer una pequeña revisión a su Chrysler, que ya tiene 20 años, afirma que sin él irían «de culo», porque para José Luis, que lleva 30 años haciendo uso de la silla de ruedas, no existe otra alternativa que no sea una minivan donde quepa su modo de transporte.