El pasado año, 299 conductores de moto perdieron la vida en accidentes de tráfico, según datos de la Dirección General de Tráfico, lo que supuso un incremento de la siniestralidad de este colectivo del 37% respecto al 2022. Para tomar cartas en el asunto, la DGT y el Ministerio del Interior ya están preparando un paquete de medidas más restrictivo para rebajar la estadística, entre ellas, endurecer el carné A y los cursos de recuperación, así como la obligatoriedad de nuevos equipamientos de seguridad.
No obstante, estas entidades no son las únicas que luchan por revertir estas cifras, pues la Fundación Mapfre lleva tres años realizando un informe dedicado a la seguridad vial de este tipo vehículo y sus ocupantes donde expone algunos consejos y directrices que pueden resultar de vital importancia para disminuir al máximo las víctimas de accidentes y las lesiones producidas en caso de producirse. El de este año se ha centrado en analizar la «Ergonomía y sensaciones en la utilización de airbag de motorista».
Para la elaboración del informe, se llevó a cabo una prueba de este en la que participaron 83 usuarios voluntarios con diferentes perfiles de motos: naked, sport, retro, scooter, megascooter, trail y turismo, a los que se les equipó con un airbag proporcionado por Cesvimap, Centro de Experimentación y Seguridad Vial de la compañía de seguros, para que lo emplearan en sus recorridos desde septiembre de 2023 hasta abril de 2024.
23% de los ocupantes, peor equipados que el conductor
Entre los resultados más llamativos del análisis destaca que seis de cada 10 personas que lo usaron les proporciona mayor sensación de protección (66%), sobre todo a los mayores de 50 años (70%) y a los usuarios de megascooter (86%), al ser vehículos con mayor cilindrada y prestaciones que una de 125 cc. Además, el 93% lo recomendaría a otros para su uso en los desplazamientos.
Asimismo, la fundación resaltó que existe cierto desconocimiento por parte de los motoristas encuestados acerca de las características y aplicaciones de este sistema de seguridad, motivo por el que el director de Prevención y Seguridad Vial de la entidad, Jesús Monclús, declaró que «es fundamental mejorar la información, tanto de aficionados como de profesionales que utilicen la moto. Las empresas deberían considerarlo un equipamiento de protección individual básico para sus trabajadores». También se refirió a la necesidad de promoverlo entre los acompañantes, ya que, según el documento, el 23% de los ocupantes va peor equipado que el conductor, especialmente los ocasionales y aquellos que circulan por ciudad.
Por otro lado, un elevado número de participantes resaltó la «facilidad de utilización» del airbag, y señalaron que «no interfiere en la conducción», así como la importancia de la elección adecuada de la talla para poder combinarlo con el resto del vestuario de la moto. No obstante, también destacaron algunos aspectos de mejora, como incrementar la comodidad del tirante de sujeción al chasis de la moto, sobre todo para trayectos urbanos y para conducción por pistas fuera de carretera. También propusieron que la protección de espalda incluya una mayor seguridad cervical en caso de caída, y que se entregue una bombona de repuesto con el airbag.
Crash Test
El informe incluye los resultados de una prueba experimental de moto a 40 km/h con dos ocupantes equipados con esta protección, ambos de activación mecánica, que impactaron frontalmente contra un coche. En estos tests se demostró que el dummy que hace de conductor sale despedido al ser empujado por el cuerpo del ocupante, golpeando el casco contra la parte anterior del capó del turismo y cayendo al suelo. Mientras que el pasajero sale proyectado por encima del piloto, volteando y desplazándose por el parabrisas y techo hasta alcanzar su posición final en la parte trasera del mismo.
Respecto al funcionamiento de los airbags, en ambos casos se activan correctamente y protegen el pecho, la espalda, el coxis, la nuca y el cuello. La marca del chaleco para motorista utilizado en la prueba ha sido Aspar Air, que comercializa dos modelos denominados 0.5 y 1.0, que funcionan con un sistema de activación mecánico con cable.
Un airbag adecuado
Los conductores y ocupantes de moto pueden llevar diferentes sistemas de airbag, sea en el mono, en la chaqueta o en el chaleco, o de tecnología con accionamiento mecánico o electrónico. Ambos incorporan bolsas inflables fabricadas con materiales termoplásticos de alta resistencia que se llenan gracias al CO2 que libera una bombona de gas comprimido. El informe detalla que, al existir varias zonas del cuerpo susceptibles de ser protegidas, estas deben quedar cubiertas por el colchón de aire cuando esté completamente inflado. Además, el tiempo estipulado durante el cual debe mantenerse hinchado no debe ser inferior a 5 segundos.
Asimismo, el estudio hace hincapié en que, para que un airbag funcione correctamente, debe quedar ajustado adecuadamente, sin que el sistema provoque incomodidades ni dificulte la respiración.