La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó a la industria de la automoción china de inundar el mercado de vehículos eléctricos cuyo precio se mantiene «artificialmente bajo» por los «enormes subsidios estatales». Además, durante su discurso en el Debate sobre el estado de la Unión Europea, del pasado 13 de septiembre, anunciaba una investigación antidumping al respecto.
Cuestionado por cuál era la postura de las marcas que operan en España sobre esta iniciativa, el director general de Anfac, José López-Tafall, ha reflexionado que «esperamos que Europa abra los ojos, porque nos da la impresión de que ha tenido que venir China, que legítimamente defiende su industria, y EEUU [con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés] para recordar que, al menos en automoción no vale con una política de penalizaciones, porque así no se incentiva una empresa ni se la hace más competitiva».
Durante la presentación del informe ‘Nuevos retos para el sector de la automoción’, elaborado conjuntamente con Sernauto y KPMG, el responsable de la patronal de marcas recordaba que «la política industrial de la pasada década en el sector de la automoción de la UE ha sido de obligaciones» y multas. Por contra, apuntaba que hay otros bloques geoestratégicos, «como China, EEUU o India», que analizan los retos de futuro y «trabajan en una política industrial en toda su cadena de valor».
Europa reacciona tarde ante China y EEUU en automoción
Por su parte, se quejaba, Europa solo ha empezado a reaccionar cuando ha parecido el IRA de EEUU. A posteriori, sí se ha permitido flexibilizar y hacer posible «lo que no se podía ejecutar hace dos años, ni siquiera en la aplicación del marco de los planes de recuperación nacionales». En este punto ha destacado, por ejemplo, el plan de minerales estratégicos de la UE o la política de semiconductores.
Por eso, incidía en que el problema de los fabricantes de vehículos europeos no es China, sino las políticas industriales. Así, pedía «tener cuidado de culpar a los demás de nuestros propios problemas». No obstante, ha señalado que «si hay situaciones que son anticompetitivas de acuerdo a las normas del comercio internacional, para eso están los procedimientos establecidos y adelante con ellos».
Cuestionado por si el hecho de tener a fabricantes chinos en la asociación, como BYD, MG o DFSK, le condicionaba en su valoración ha aclarado que no era así. A la vez que manifestaba, respecto al anuncio de la presidenta de la Comisión, «que no se puede decir si un país ha hecho dumping o no hasta que acabe el proceso de análisis, que tiene una serie de garantías». Asimismo, matizaba que «la Comisión Europea no ha explicado los datos que tiene encima de la mesa, así que cómo vamos a acusar a nadie».
Así, ha instado a ver cómo evolucionan los datos que tiene la Comisión y «si China, o el país que sea está cometiendo prácticas de dumping, hay mil procesos de dumping abiertos y nadie se ha rasgado las vestiduras, pero aprovechemos la situación para hacer una política industrial más focalizada y potente en recursos» y que «apliquen el informe hecho con KPMG» ha bromeado.
Políticas que integren toda la cadena de valor y realistas
De cara a la ansiada autonomía estratégica, López-Tafall insistía en que «no se construye sobre multas, sino sobre políticas que integran a toda la cadena de valor que tienen en cuenta los nuevos factores de competitividad, como la descarbonización, la economía circular».
A su juicio, otro punto a defender es que se tengan en cuenta indicadores «industriales, no otras consideraciones, porque igual estamos desarrollando políticas que son inviables o que no son competitivas o que no tenemos la tecnología que necesitamos ahora, e igual estamos incentivando la que vendrá dentro de cinco años, cuando a lo mejor ya no habrá industria».
A pesar de todo, de cara al futuro, se ha mostrado confiado «no nos da miedo ni China, EEUU, Marruecos ni Turquía, somos el segundo fabricante europeo, el octavo-noveno mundial y lo hemos sido desde hace muchos años, hemos desbancado a países mucho más ricos que nosotros». Todo ello, a pesar de que «no tenemos las sedes ni una política industrial especialmente activa». En este sentido, «los Perte están sirviendo para recuperar terreno perdido, pero la política anterior, carecía de recursos». A pesar de todo, ha sentenciado que «somos muy competitivos».
Retomando la falta de apoyo de Bruselas a la automoción, finalizaba insistiendo en que «lo que sí está claro es que de lo que se puede acusar a China es de tener una política industrial que contempla toda la cadena de valor y que prioriza al sector de la automoción y a Europa se le puede acusar de no haberlo hecho».
