A pesar del complicado contexto de 2022, con las consecuencias de la pandemia y la escasez de microchips aún presentes, a lo que se sumó la guerra en Ucrania y sus consecuencias, las marcas premium se han congratulado durante el año de que sus efectos en las ventas, lastradas por las caídas, no hayan afectado a sus cuentas. Con los registros cerrados, lo primero ya es un hecho —a falta de refrendar lo segundo en los respectivos informes anuales—: los tres grandes emblemas premium empeoraron sus cifras de 2021.
El peor descenso fue para BMW, que selló 2.100.692 operaciones el curso pasado, un 5,11% menos que el ejercicio precedente. No obstante, el colchón que supone que las 2.213.795 de entonces fueran su máximo histórico permitieron a la compañía bávara hacerse con el liderato de este segmento por segundo año consecutivo, después de cortar la racha de un lustro de Mercedes-Benz. El rendimiento en el último trimestre (566.826 y +10,98%) maquilló el rojo en el global.
En total, la agrupación (incluyendo MINI y Rolls Royce) se anotó 2.399.636 entregas en 2022, una contracción del 4,83% frente a las 2.521.525 del curso anterior. MINI apenas cedió un 3,05%, con 292.923 transferencias, y la división de alto rendimiento M puso la nota positiva, pues...
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