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Modelos míticos hechos en España

España ha sido desde los años 50 uno de los principales fabricantes de automóviles de Europa. Con plantas en Madrid, Vigo, Valladolid, Valencia o Cataluña, nuestro país ha sido el responsable de ensamblar varios modelos que, por méritos propios, han logrado hacerse con un hueco en la historia de la automoción.

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De arriba abajo: Ford Fiesta, Seat Panda y Simca 1000.

En dos años se cumplen cuatro décadas desde que el Polo de Volkswagen inició su historia a Landaben (Navarra), un aniversario agridulce ya que, como adelantó esta publicación en su edición online, este icónico vehículo trasladará su producción a Kariega (Sudáfrica).

Y es que, aunque resulte duro decir adiós, no es el primer mito de la automoción que abandona la piel de toro. Desde los años 50, se ha fabricado una larga lista de automóviles con sabor ibérico que ya forman parte de la historia de las dos y las cuatro ruedas.

El Renault 4CV es todo un ejemplo de ello (no confundir con el 4L, que también tuvo el sello Made in Spain). La primera unidad salió el 18 de abril de 1953 de la cadena de montaje de FASA/Renault de Valladolid, convirtiéndose en el primero construido en una planta privada aquí, pues Seat había iniciado su andadura solo un mes antes, con el 1400. En sus inicios, se hacían menos de 10 unidades al día y en el 58 había aumentado a casi 30. De esta manera, en 1959, tras 26.298 unidades daba paso al Dauphine.

En 1957 llegaría el modelo que, para muchos, es el más importante de la historia automovilística del país: el Seat 600, adaptación en realidad del Fiat 600 y que movilizó a la clase media. Tal fue su popularidad que llegó a recibir el apodo de “el ombligo” porque todo el mundo tenía uno (aunque la lista de espera para recibirlo duraba años). El 27 de junio salió de la factoría de la Zona Franca la primera unidad y tendría varias evoluciones (Normal, la D, la E y la L Especial, además de derivados y comerciales) y cuya producción se extendería hasta 1973.

Contó con un perfil de cuatro puertas, el 800, y no pudo acabar con él ni el turismo que estaba destinado a sustituirle, el 850, con el que convivió casi hasta la jubilación de este (1974). Otro utilitario célebre es el Simca 1000, surgido de Villaverde (Madrid), en la factoría que instaló Eduardo Barreiros junto a Chrysler. Su eslogan era «cinco plazas con nervio», lo que le granjeó el apodo de «el filete del pobre» por recordar a chuletas de ternera llenas de nervios y con poca carne que se encontraban en los mercados en aquella época. Pese a una tibia acogida inicial por su elevado precio (128.000 pesetas), estuvo en producción hasta 1978, cuando dijo adiós tras 232.168 ensamblajes.

Dando un salto en el tiempo, encontramos con el Ford Fiesta, modelo cuya producción todavía sobrevive y que fue el responsable de la construcción de la factoría de Almussafes (Valencia) en 1976. Con cinco millones de unidades y tres generaciones, en 2012 se despidió de la península para iniciar una nueva era en Colonia (Alemania) donde pondrá punto y final a su historia en 2023.

Este breve repaso, no puede concluir sin mencionar otro coche de la firma española que, pese a su corto tiempo en producción, logró hacerse con un hueco en el recuerdo popular. Se trata del Seat Panda, que inició su andadura en 1980, siendo una adaptación del homólogo de Fiat. Posteriormente, con la intención de modernizarlo, llegaba en 1986 el Marbella, aunque tomando la base de aquél (y también la denominación para un acabado más lujoso que ya empleó en 1982), y que se mantuvo 12 años en el mercado.

No solo utilitarios, también ‘premium’

A pesar de carácter generalista de los modelos referidos hasta ahora, también se han fabricado exponentes del segmento premium. Es el caso de Lancia que, tras entrar en el seno de Fiat, acordó con Seat producir dos de sus modelos en nuestro país.

Pero no sería en la Zona Franca de Barcelona sino en Landaben (ahora en manos del Grupo Volkswagen), centro que fue construido para el ensamblaje de Mini pero que pasó a manos de la española tras un incendio. Aquí se ensamblaron 2.747 unidades de los modelos Beta y HPE desde 1979 hasta 1981, cuando se interrumpió la producción.

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