Si en marzo se acumulaban los anuncios de cese de operaciones en Rusia tras el ataque a Ucrania, ahora las notificaciones son sobre sus salidas definitivas de aquel Estado. Tras el adiós aislado en mayo del Grupo Renault, en las últimas semanas otras compañías parecen asumir que, al menos a corto plazo, no es viable seguir allí. Las últimas han sido Mercedes-Benz y Ford. La germana confirmó el traspaso de las acciones de sus subsidiarias al grupo de concesionarios local Avtodom. La transacción, pendiente de aprobación final, incluye la planta de Esipovo, cerca de Moscú, y los servicios de posventa y financieros del territorio. El diario Vedomosti apunta a que habría una cláusula para que el emblema de la estrella pueda recuperar las instalaciones en un periodo determinado, similar a las incluidas en las operaciones del sector completadas hasta la fecha. Por otro lado, esto no afectará a su adquisición del 15% del constructor de camiones ruso Kamaz, que pasará a ser propiedad de Daimler Truck este mismo año, según lo planeado.
En cuanto a Ford, fue uno de los pioneros en apostar por esta nación, aunque en los últimos años había reducido su presencia. La estadounidense operaba en una joint venture con la local Sollers, que ya había cerrado tres factorías de vehículos en 2019 por cuestiones económicas. Ahora, la estadounidense ha cedido el 49% de su participación a su socio por un valor nominal de un euro, confirmando asimismo una opción de recompra en los un máximo de cinco años.
Estos anuncios se unen a los de Toyota y Mazda a finales de septiembre, comunicando el final de su actividad productiva en Rusia y la posibilidad de cortar todos los lazos vendiendo sus plantas en el país, a los que después se unió…
CONTENIDO EXCLUSIVO PARA SUSCRIPTORES
Accede al artículo completo adquiriendo la edición digital de La Tribuna de Automoción o suscríbete al periódico durante un año para tener acceso a todos los contenidos. Si ya eres suscriptor, utiliza tus claves para disfrutar de la mejor información del sector.
