El fin de los motores de combustión en la Unión Europea está hoy más cerca de ser una realidad. El pleno del Parlamento sigue los pasos de su Comisión de Medio Ambiente (ENVI) y mantiene los objetivos propuestos desde Bruselas, lo que refrenda una reducción del 100% de emisiones en coches y furgonetas a partir de 2035, aunque no endurece los intermedios.
A pesar de que parecía que los diputados comunitarios replicarían lo ocurrido en la votación de mayo en el ENVI, la inclusión de las enmiendas 75 y 126 por parte del Partido Popular Europeo, rebajando el objetivo a un 90%, hizo dudar hasta el último momento. Finalmente, ambas propuestas fueron tumbadas con 264 votos a favor, 328 en contra y 10 abstenciones, menos ajustado de lo que algunas fuentes apuntaban a este medio que temían en los momentos previos.
Asimismo, el Parlamento acordó mantener una rebaja del 15% en los niveles de carbono en tres años, el 55% en 2030 y el citado 100% cinco cursos después. Es decir, la propuesta de incremento de los objetivos actuales que hizo el pasado julio la Comisión Europea.
“El resultado es una buena noticia. Mantiene la ambición necesaria para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y cumplir nuestros compromisos en la lucha contra el calentamiento global, y con el papel de liderazgo que la UE tiene en el mundo en esta materia”, afirmó César Luena, parlamentario del PSOE en Bruselas.
Consenso en el no a los objetivos intermedios
Esto anula los intentos de las agrupaciones de izquierdas y verdes, que apoyaban organizaciones medioambientales, de endurecer aún más dichas metas y añadir otra intermedia en 2027 –enmiendas 81, 83, 84, 85, 119 y 120. Este punto es menos sorprendente, pues ya lo rechazó la Comisión de Medio Ambiente.
“Podrían haber asfixiado a la industria española al adelantar de forma abrupta la transición hacia el coche eléctrico. La propuesta de la Comisión, suficientemente ambiciosa, ha sido refrendada hoy por la cámara”, valoró Susana Solís, representante de Ciudadanos en el Parlamento Europeo.
Por su parte, el miembro español de Socialistas y Demócratas opinó que “la propuesta se ha articulado de acuerdo con el sector automovilístico, los sindicatos y los comités de empresa”. “Es un tema en el que hemos sido muy cuidadosos porque afecta mucho a los intereses de España. Reducir los objetivos como quería la derecha sería una forma de negacionismo practico,” continuó.
Sin recompensa a los ZLEV y ecocombustibles
Donde parecía que la Eurocámara discreparía fue respecto a los incentivos a los cero o bajas emisiones, conocidos como ZLEV. Mientras que en la votación del 11 de mayo en este último órgano aprobaron su supresión, en esta ocasión, la enmienda 107 proponía eliminar el artículo original sobre las bonificaciones, pero la rechazaron. En realidad, el motivo es que las enmiendas 25 y 69 del texto original ya se aboga por su desaparición, y ambas pasaron el corte.
En cuanto a otras de las principales novedades que se incluyeron el mes pasado en ENVI, el ajuste a la baja del sistema de créditos a las innovaciones ecológicas, también fue refrendado (enmienda 26), aunque el PPE intentó con las enmiendas 77 y 130 introducir un sistema que les bonificase, que fue descartado con 278 ‘síes’, 322 ‘noes’ y 8 abstenciones.
Las propuestas de que la Comisión Europea elabore un informe en 2023 sobre el apoyo financiero necesario para avanzar hacia la electrificación, otro anual desde 2025 sobre las mejoras en dicha materia y establecer el próximo año una metodología común para estudiar el ciclo de vida completo del CO₂ en coches y furgonetas, se incluyeron todas en el documento final.
“Nos permite luchar para evitar un cambio climático galopante. Es también una oportunidad histórica para ayudar a acabar con nuestra dependencia del petróleo y da la seguridad que la industria del automóvil necesita para aumentar la producción de vehículos eléctricos, lo que hará bajar los precios para los conductores”, declaró el experto en electrificación de Transport & Environment, Carlos Rico, cuya organización es una de las que más activamente ha insistido a los eurodiputados para que apostaran por la descarbonización total.
Turno de los ministros
Una vez decididas todas las enmiendas, el texto final, propuesto por el neerlandés Jan Huitema de Renew, se aprobó con 339 apoyos, 249 votos en contra y 24 abstenciones. Solís, compañera de partido, celebró “el trabajo de muchos meses”, ya que “desde el comienzo” quisieron “apostar por la sostenibilidad, pero no a cualquier precio”.
“El resultado es muy equilibrado porque permitirá llegar a un transporte sin emisiones sin sacrificar empleos”, aseguró, aunque “no se puede entender de forma aislada: debe ir unida al Reglamento de Infraestructura de Carga”.
Ahora, es el momento de que los ministros de Medio Ambiente de los Estados miembro decidan sus posturas a lo largo de este mes, antes de que comiencen los trílogos entre Comisión Europea, Parlamento y Consejo de la UE. La legislación final no llegará, si todo el proceso transcurre según lo esperado, hasta otoño.
“Deben redoblar la apuesta por 2035 y no dejar espacio a falsas soluciones verdes como los e-fuels. Permitir los combustibles sintéticos en los coches supondría un desvío costoso y derrochador de la gigantesca tarea de limpiar el transporte. Los vehículos eléctricos de batería están listos hoy y son una forma más limpia, barata y eficiente de descarbonizar”, concluyó pidiéndoles Rico.