La Tribuna de Automoción
Portada » Noticias » El Consejo confirma la reducción del 100% de emisiones en 2035, sin cerrar la puerta del todo a los térmicos
EcoautoInternacional

El Consejo de la UE confirma la reducción del 100% de emisiones de los coches en 2035, sin cerrar la puerta del todo a los térmicos

Las negociaciones entre los ministros de los Estados miembro de la Unión Europea acabaron siendo más duras que en el Parlamento y, en una cumbre que se alargó hasta la madrugada, establecieron su postura común, que incluye una petición para contemplar combustibles neutros en carbono, inédita hasta el momento.

El Consejo de la UE confirma la reducción del 100% de emisiones de los coches en 2035, sin cerrar la puerta del todo a los térmicos
La ministra Ribera (segunda por la derecha), junto a los ministros de Eslovenia (segundo por la izquierda) y Malta (derecha).

Los nuevos objetivos de descarbonización de la Unión Europea, que contemplan una reducción del 100% de emisiones en vehículos de pasajeros y furgonetas nuevos en 2035, están, ahora sí, muy cerca de ser una realidad después de recibir el apoyo de los ministros de Medio Ambiente. La medida, propuesta por la Comisión Europea dentro del paquete Fit for 55 y refrendada por el Parlamento Europeo el 8 de junio, consigue de este modo la aprobación de los tres principales órganos decisorios. Sin embargo, la inclusión de una petición para poder matricular más allá de esa fecha modelos térmicos que no produzcan gases de efecto invernadero augura unas negociaciones duras en los trílogos y deja la puerta entreabierta a los combustibles alternativos.

Durante el Consejo de Medio Ambiente de la UE celebrado en la jornada de ayer, los Estados miembro pusieron en común sus posturas respecto a la proposición de Bruselas. El consenso en torno a las líneas clave existía, pero las diferencias estaban en el cómo. Alemania e Italia llegaron con una propuesta para que los e-fuels –y por tanto, las mecánicas térmicas que también los usan– no fueran eliminados por completo. Otros, como España, defendían mantener el borrador de la Comisión para no generar confusión.

“Respaldamos la propuesta de la presidencia sin fisuras. Necesitamos mensajes coherentes y comprensibles y garantizar claridad con respecto a las fechas”, defendió la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico española, Teresa Ribera, durante su intervención matutina.

Un acuerdo con ‘peros’

La postura de consenso no se estableció hasta entrada la madrugada –la rueda de prensa comenzó a las 2:30–, lo que ya hacía presagiar cambios. La hoja de ruta de la Comisión, apoyada por el Parlamento, reformaría el Reglamento (UE) 2019/631 para elevar la reducción de emisiones a un 20% en 2025, un 55% en 2030 y el sonado 100% en 2035.

En todas las votaciones celebradas hasta el momento en el plano comunitario, estas metas se fueron suscribiendo sin concesiones, incluso cuando el Partido Popular Europeo intentó rebajar a un 90% el último objetivo. No obstante, la entrada en juego de los ministros ha significado la inclusión de varias novedades que prometen generar debate durante los trílogos. Para empezar, proponen que la rebaja de final de década sea del 55% solo en el caso de los coches, limitándola al 50% en el de los comerciales ligeros.

Además, entre sus reformas hay dos que se antojan protagonistas en los próximos pasos del proceso. Por un lado, la petición a Bruselas de que haga una propuesta para poder seguir matriculando modelos con mecánicas de combustión más allá de 2035, siempre que no emitan gases de efecto invernadero. Es decir, aquellos que usen combustibles neutros. Se trata de una posibilidad que el Fit for 55 no contempla, pues solo cita vehículos propulsados solo por baterías o pilas de combustible y otras mecánicas de hidrógeno. Desde el sector lo demandaban numerosas voces, aunque también tiene sus detractores.

El experto en electrificación de Transport & Environment, Carlos Rico, los calificó como “distracción” y pidió centrar los esfuerzos “en el despliegue de la recarga, en la recualificación de los trabajadores para la transición eléctrica y en el abastecimiento responsable de materias primas para las baterías”.

Por otro lado, en la solicitud de que la Comisión revise en 2026 el progreso hacia las cero emisiones puntualizan que lo haga “teniendo en cuenta la evolución tecnológica, incluso en lo que respecta a las híbridas enchufables”. El documento original ya contempla un informe anual, comenzando en 2025, de Bruselas sobre los avances en esta materia. Aunque sí incluía la necesidad de prestar atención a la evolución en combustibles alternativos, este guiño a los híbridos era inaudito hasta el momento.

Desavenencias desde el inicio

La cumbre se auguró complicada desde el inicio, pues el paquete Fit for 55 era el primer punto del día y ya se pudo constatar que el consenso no sería fácil de alcanzar. El principal motivo del desacuerdo estaba en cómo abordar el endurecimiento de los objetivos de emisiones.

Según las declaraciones públicas previas de la ministra de Medio Ambiente alemana, Steffi Lemke, y del de Transportes italiano, Enrico Giovannini, ambos países apoyaban el calendario. Fuentes de este medio, como adelantamos en el número 625, apuntaron a que Francia y España ya tenían decidido dar el ‘sí’. Por tanto, parecía que el top 4 al completo mostraría su apoyo. Sin embargo, en las jornadas previas comenzaron a surgir las dudas del apoyo de estas dos primeras naciones, con Italia intentando prorrogar la meta final hasta 2040 o dejarla en un 90%.

Al constatar que estas peticiones no tendrían salida, los germanos incluyeron un considerando no vinculante que permitiera los e-fuels. “Por una parte, queremos una reducción rápida del CO², la estamos forzando, y al mismo tiempo tenemos apertura tecnológica para conseguirlo”, defendió Lemke. “La tecnología neutral a través de combustibles renovables no fósiles después de 2035 nos parece bien, va en la dirección que todos deseamos”, apostilló Roberto Cingolani, ministro para la Transición Ecológica italiano.

En el caso de España, Ribera sostuvo lo adelantado por esta publicación y, ya desde su llegada, mostró su predisposición a aceptar la propuesta de Bruselas. Durante el pleno matutino, hizo hincapié en la necesidad de que todos cedieran para alcanzar un consenso.

“Nosotros tenemos problemas con los textos tal y como aparecen y, sin embargo, estaríamos dispuestos a aceptarlos tal y como están, porque nos parece que es capital salir hoy con un mensaje claro y contundente”, afirmó.

La tarde no relajó el tono

Emplazados por la presidencia, que ostenta Francia, a retomar las negociaciones a las 15:30, el debate de la tarde tampoco sirvió para llegar a una determinación. Alemania e Italia no se movieron de sus posturas y continuaron haciendo énfasis en puntualizar aspectos de una enmienda que ya estaba incluida. “Se trata de combustibles neutrales en términos de CO², no sostenibles”, recalcaba Lemke.

La intervención de la ministra española fue más contundente esta vez, pidiendo a todos responsabilidad para culminar el encuentro con éxito. “Lo que he escuchado en esta ronda tiende a ser más complejo y duro que lo de esta mañana. No creo que las 20h sea un buen momento para eso, cuando todos sabemos lo importante que es adoptar este paquete”, declaró.

Ribera concluyó su intervención con una petición con claros destinatarios: “Mi mensaje compartido con todos es que, en la medida de lo posible, seamos lo suficientemente flexibles y honestos como para compartir nuestra capacidad de acordar y no tanto nuestra capacidad para dificultar el acuerdo”.

El pacto, de madrugada

Finalmente, se acordó un nuevo receso para cenar y reanudar las negociaciones entonces, que se prorrogaron hasta la madrugada. La ministra de Transición Energética francesa, Agnès Pannier-Runacher, valoró que fueron “discusiones intensas, acaloradas, a veces difíciles, porque aquí lo que está en juego es más crucial que nunca”, pero celebró la consecución de “unos acuerdos históricos”.

Europa se posiciona a la vanguardia de la lucha climática y defiende su liderazgo político y tecnológico. Va a permitir una transición planificada y acompañada y la reconversión del sector de automoción. Es un gran desafío, pero también una necesidad de cara a los competidores extraeuropeos, cuyos vehículos se están desplegando a una velocidad impresionante”, concluyó.

Ahora, comienza una nueva etapa del proceso, en la que toca que Comisión, Parlamento y Consejo pongan en común sus posturas y sellen un pacto definitivo para reformar la legislación vigente. Lo que está claro, viendo el apoyo de todos ellos a la medida, es que el reto de descarbonización del 100% de la flota de coches y furgonetas en 2035 será definitivo, a falta de concretar si, como proponen los ministros, se permiten otras alternativas al eléctrico para llegar a él. Con todo, la sensación general es de éxito tras esta cumbre.

Rico calificó el resultado de hoy como “un gran paso adelante no solo para la lucha contra el cambio climático, sino también para la lucha contra la contaminación atmosférica y para conseguir que los vehículos eléctricos sean más asequibles”. Por su parte, Ribera puso de relieve el papel de nuestro país y su flexibilidad en las negociaciones.

España ha apoyado el aumento de la ambición y la necesidad de reforzar la contribución del transporte por carretera a la hora de alcanzar los objetivos climáticos, a la par que ha trabajado para facilitar la adaptación de la industria del automóvil e impulsar el sector industrial y de servicios de la movilidad”, afirmó.

Comparte tu opinión

* Acepto la política de protección de datos.
Los comentarios deben ser aprobados antes de publicarse.