Honda y General Motors han emitido un comunicado hoy mismo en el que anuncian su intención de desarrollar vehículos eléctricos a un precio asequible, con especial énfasis en el segmento automovilístico más exitoso, el de los crossovers compactos. Además, estos incorporarán una nueva arquitectura diseñada en exclusiva para ellos y la última generación de baterías desarrollada por la corporación norteamericana, Ultium.
Las marcas se han comprometido a trabajar para poder comenzar una producción mundial de millones en 2027, y que aúne la tecnología, el diseño y los métodos de abastecimiento de ambas. Durante su recorrido, procederán a la estandarización de sus equipos y procesos para ofrecer modelos más económicos, de mejor rendimiento y de máxima calidad.
Pese a que no han querido especificar un rango de precios para estas unidades, el vicepresidente ejecutivo de GM para Desarrollo Global de Producto, Compras y Cadena de Suministros, Doug Parks, sí se atrevió a dar una cifra. Concretamente, que estará por debajo de los 27.500 euros que rondará el próximo Chevrolet Equinox EV, que se lanzará pronto.
Ninguna de las corporaciones ha descartado seguir ampliando una alianza ya de por sí extensa a más proyectos. Así, continuarán negociando futuras oportunidades de cooperar en tecnologías de acumuladores que faciliten seguir bajando el coste de la electrificación, mejoren las especificaciones de los cero emisiones y aseguren la sostenibilidad de esta nueva generación de automóviles.
Una unión con años de recorrido
El inicio de esta relación empresarial se remonta a 2013, cuando sellaron su primer acuerdo para trabajar en combustibles de última generación y tecnologías de almacenamiento de hidrógeno. Un lustro después, Honda se sumó a la estadounidense en su proyecto de desarrollo de módulos de baterías para VE. Asimismo, en 2020 se confirmó que GM ayudaría a la enseña japonesa en la producción de dos eléctricos: el Honda Prologue, que llegará a principios de 2024, y el primer SUV propulsado con esta mecánica de Acura.
Paralelamente, la firma asiática tiene participación accionarial en Cruise, la subsidiaria de General Motors para conducción autónoma. De hecho, ya trabajan en el Origin, uno de los primeros modelos sin piloto construidos con un propósito (conocidos por sus siglas en inglés como Purpose-Built Vehicles o PBV), que serviría para tareas de transporte y entrega.
“Se demuestra la relación de beneficio mutuo que crea valor adicional para nuestros clientes. Esta nueva generación cero emisiones se basará en esta unión, aprovechando nuestra fortaleza en el desarrollo y la producción de automóviles compactos de máxima calidad,” valoró el director general de Honda, Shinji Aoyama.
Estrategias medioambientales de futuro
Por el momento, no se conocen más detalles del acuerdo, salvo esa intencionalidad de trabajar juntos en VE. Ni porcentajes de participación en la hipotética joint venture, ni inversión inicial que aportará cada uno. Eso sí, según AutoNews, no desembolsarán en nuevas infraestructuras, pues los vehículos se fabricarán en sus plantas existentes, y ya están estudiando cómo repartirse la producción.
Ambas agrupaciones tienen una estrategia de electrificación muy ambiciosa. La norteamericana está realizando estudios en torno a baterías de litio, silicio y estado sólido, junto a mejoras de los procesos de montaje de estos componentes. En el horizonte, la ambición de ser neutros en carbono en todas sus operaciones y productos globales en 2040. Un lustro antes, eliminarán por completo de su oferta a los coches ligeros contaminantes, y dentro de tan solo tres años esperan lograr una capacidad industrial anual de dos millones de cero emisiones.
“Trabajando juntos, introduciremos a personas de todo el mundo en los eléctricos más rápido de lo que cualquiera de las dos marcas lo haría en solitario,” valoró Mary Barra, su CEO.
En cuanto a Honda, la eliminación de su huella de CO2 está fijada para 2050. La alianza no sorprende por su parte, después de que hace apenas un mes que se conociera que establecerían una empresa conjunta con Sony para el mismo cometido que la recién anunciada con GM. En aquel momento, su CEO Toshihiro Mibe ya adelantó que el acuerdo no era excluyente de las negociaciones ya iniciadas con la firma dirigida por Barra, ni interferiría en su propia hoja de ruta para su nueva plataforma para modelos propulsados con baterías.