Toda crisis puede convertirse en oportunidad. Al menos, esta es la máxima que está siguiendo la Unión Europea ante la pertinaz escasez de semiconductores que lleva asolando a la industria desde el curso pasado. Y es que, cuando comenzaron a faltar estos componentes, el problema no fue solo que no se pudiesen completar automóviles, sino que quedaba a las claras la absoluta dependencia del Viejo Continente de los proveedores asiáticos, pues a principios de 2022, los chips producidos dentro de las fronteras comunitarias solo llegan al 9% mundial. Un resultado que los planes de la Comisión están dispuestos a doblar en 2030, haciendo uso del mayor recurso regulatorio presentado hasta ahora en esta materia: la European Chips Act.
Esta nueva ley, presentada el 8 de febrero por el Ejecutivo de Von der Leyen, tiene como principal objetivo…
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