La reforma de los distintivos medioambientales de la DGT podría ser ilegal, según han asegurado las principales asociaciones ecologistas que operan en España. Greenpeace, Transport and Enviroment, Ecodes y Fundación Renovables han incidido en que el proceso de actualización de las etiquetas está siendo “completamente opaco”, y que el Ministerio del Interior no ha contado con ellas pese a que debía ser un proyecto “participativo”, tal y como se explicitó cuando comenzaron a estudiarse los cambios. Además, denuncian que el equipo de Grande Marlaska no les ha hecho llegar documentación alguna sobre este tema, “incurriendo en una ilegalidad por cuestiones de transparencia”.
Estas declaraciones, que han tenido lugar durante una jornada online organizada por estas agrupaciones, se dan después de que Tráfico no haya hecho pública su propuesta para el nuevo etiquetado, que debía haber sido presentada el pasado julio. En este contexto, desde Transport and Enviroment han aludido a que ni siquiera debería ser Interior quien se ocupase de esta problemática, sino que, “por lógica”, las competencias deberían corresponder a Transición Ecológica.
Unido a esto, el representante de Ecodes ha querido remarcar que el supuesto “bloqueo” de la reforma proviene del sector de la automoción, poniendo especial énfasis en la responsabilidad Anfac como patronal de los fabricantes. De hecho, se ha referido concretamente a la asociación que dirige José Vicente de los Mozos al comentar que las formaciones de defensa medioambiental sí han presentado un documento alternativo para los distintivos, que en un primer momento “tuvo muy buena acogida en los ministerios” pero que, por razones que no comprenden, no ha tenido mayor repercusión. Además, defienden que solicitaron reunirse con Marlaska por carta —en la que pusieron en copia a Teresa Ribera, Reyes Maroto y Raquel Sánchez—, pero que, tras varios meses, no han recibido respuesta.
La propuesta de los ecologistas se basa en tres puntos clave, según han profundizado. Por un lado, que los vehículos híbridos enchufables no sean incluidos como Cero, pues entienden que, en ese grupo solo han de entrar los coches “sin escape” —y se le otorgue el color verde, pasando el azul a los C—. Seguidamente, también proponen que la Eco sea eliminada al ser “completamente engañosa”, pidiendo que en su lugar se cree una nueva etiqueta D, morada, en la que entren “los automóviles más sostenibles de cada segmento que no excedan los 95 gramos por kilómetro de CO2”. Finalmente, piden que las medidas no sean retroactivas, y que su desarrollo contemple la implementación de regulaciones futuras como el Euro 7.
Desde Greenpeace han justificado que este texto que han preparado es “objetivo y rigurosamente técnico”, recogiendo “muchos de los cambios que solicitaba la DGT” e igualmente “los principios de neutralidad tecnológica que tanto reclama el sector pero que luego no quiere cumplir”.
