Cualquier coche no puede ser considerado un clásico de la automoción. Es cierto que todo vehículo que supere la barrera de los 30 años puede ser considerado como histórico —e incluso algunos antes—, pero no todos alcanzan ese calificativo. Ha de tener algo más que solo la edad. Debe contar con personalidad, una silueta totalmente reconocible, y un recuerdo imborrable en la mente de coleccionistas y aficionados al motor.
Es por ello que, en el afán por la conservación de diferentes modelos, algunas compañías —tanto marcas oficiales como preparadores independientes— han decidido subirse al carro y tratar de contentar a los nostálgicos poniendo a sus ingenieros a trabajar en reediciones de los turismos más míticos; en algunos casos con reproducciones fieles de sus predecesores, y en otros, actualizaciones más propias del siglo XXI.
Los más aclamados durante los últimos meses han sido…
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